NO PUEDO VIVIR SIN ELLA

Cada cual narra la historia a su manera
para ti yo no fui fiel, ni estuve enamorado
y ahora que lo nuestro, al fin ha terminado
y sufro el vacío del que ya nada espera,

es cuando la consciencia me hace recordar
pasados instantes a la tenue luz de algún farol
reflejando en mis pupilas, abiertas de par en par
lo que era un amor bien conservado en formol.

Llegó el día de acabar con toda esta parodia
y tras limpiar la butaca de maíz y palomitas
debo de dejar al lado a una persona que odia
comprometerse y que nunca acude a las citas.

Te pedí un último esfuerzo, no fue posible, lo sé
y estaba tan cabreado que mis versos se liaron
confundiendo la palabra con ladridos y acabaron
con el odio y el hastío, a las cinco, tomando el té.

Cuando las palabras hieren hay que ir al otorrino
en lugar de ir al psiquiatra o a grupos de terapia
no mirar más hacia el cielo en busca de algo divino
porque hay días en que Dios es sordo como una tapia.

Se reconoce el final, porque el camino se acaba
y las ya exhaustas fuerzas estallan en mil pedazos
luego el túnel del amor, que con esfuerzo se cava
se derrumba cuando el sol da su último coletazo.

Seguro que has intentado no llorar, pero es en vano
porque en este mundo cruel alguien siempre te hiere
lo hacen los que te odian y también los que te quieren
en un tiempo estaba yo, dispuesto a echarte una mano

por si la necesitabas, aunque ahora creo que no,
vuelas a distinta altura y las nubes ya te ocultan;
la visión de tus virtudes, mis defectos dificultan
somos tan incompatibles como agua y queroseno.

Pero la amable esperanza que te invade te impondrá
una serie de trabajos, a cumplir si quieres ser
de nuevo reina del baile que un día celebrarás
al poco tiempo que un hombre acabes de conocer

y sus manos borrarán, sobre tu cuerpo, mis huellas
mientras sus besos recorren con ternura tu silueta
quizá en ese momento yo esté haciendo la maleta
repitiendo mentalmente: no puedo vivir sin ella.-



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