domingo, 28 de agosto de 2016

SERÁ HACIA EL AMANECER







Nos tiraremos al mar de los recuerdos perdidos
y viajaremos en naves cuyas quillas, desgajadas,
dan cuenta de muchas millas de oscuro recorrido
de unas cuantas partidas, y de otras tantas llegadas.

No habrá puerto sin descanso, ni amanecer sin sufrir
el lánguido movimiento de las olas, y los peces, al oír
la sirena, accionada por la mano del capitán de la nao
mirarán hacia la popa, resurgiendo por entre el vaho

que se forma cuando el sol incide sobre las brumas
que surgen desde a las islas perdidas entre las aguas
somnolientas y aprensivas que recorren en piragua
nativos de oscura piel mojándose con la espuma.

Será hacia el amanecer, cuando nos marque el sextante
el nuevo rumbo a tomar, distinto en cada momento,
mientras tanto las corrientes, casi siempre en movimiento
nos van a hacer navegar al pairo de la nave de delante,

cuya popa, entre la niebla espesa, aún lejana se adivina,
engañando al ojo experto del piloto que maneja el timón
como si fuese la rueda de la fortuna para ganar un millón
de millas náuticas en océanos de láminas de agua finas.-

Y resbala entre los dedos, no hay por donde cogerla,
mientras los peces destacan sobre la arena del fondo;
todos los puntos del mar giran de pronto en redondo
y agarradas a las piedras, se ven ostras, con sus perlas

prestas para regalar su contenido al osado marinero
que se tire por la borda sin más protección que un saco
cuando se haga con el fruto de ese mar, tan efímero,
aún tendrá la sensación de ser un poquito el caco

de ésas perlas diminutas, de un valor incalculable
dentro de su áspera concha, hay un poco de dulzura
tal vez luchen por su vida, que ya de por si es dura,
o tal vez, al pescador, le muestren su cara amable.

en todo caso serán relatos del ancho mar, epígrafes
moribundos, de relleno, en cuadernos de bitácora;
bonitos planes pensados sólo para que se gafen
relojes escacharrados que no marcan ni las horas.

Y como todo en el mundo el viaje tiende a su fin
recuerdo el haber dejado encendida alguna luz;
me parece ver tu rostro, por entre el agua al trasluz
pero tan solo habrá sido, el salto de algún delfín.-





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HASTA PASADO UN AÑO








Quien no persigue alguna vez un sueño, nunca gana;
son aquellos que sienten en la nuca el aliento del amor
y exteriorizan, de tanto en tanto, su patente resquemor
los que, como se dice en frase hecha, parten la pana

y adelantan a los que corren en pos de una ilusión,
que no es sino espejismo cruel en desierto de arena
hoy ciertamente estoy a salvo de cualquier situación
pero iré con cuidado, pues hasta el odio se entrena,

y cuando la persona amada, deja de sentir esa pasión
a todas luces excesiva, pero a su tiempo agradable,
quedan sobre la mesa los restos de comida desechable
y sobre la cama, aún caliente, medio caído un camisón.

Y se escucha en el baño alguna voz tierna, una canción
atenuada por gotas de agua que caen veloces en cascada
luego dejan de oírse los ruidos, y no parece haber nada,
y la pálida luz de un nuevo amanecer se cuela, de rondón

hasta el último rincón de la habitación un poco abandonada
carente de sentido su parca ubicación, como desaliñada,
si es que el cuarto de un hotel puede ser en ocasiones un hogar
nos queda mucho por decir sobre el amor, y si es posible amar

en tiempos tan revueltos como los que ahora vivimos
tan lejos del ancho mar como de la altiva montaña
cuya altitud real incluso al ojo más experto engaña
y puestos a elucubrar, tal vez incluso otrora intuimos

que nuestra relación, que fue un cúmulo de sensaciones
lastradas todas ellas por la infecunda matriz de la pasión
nos ha dejado huérfanos de amor, y realizando sesiones
de un espiritismo barato, pero perfecto para esta situación.

Porque cuando se trata de invocar el cariño, todo ayuda
incluso una lágrima bien dirigida hace mella en nosotros
quedando para la posteridad, y para el juicio de otros,
la síntesis de un beso prematuro, lejos de cualquier duda

pero presto a reclamar su lugar en el mundo, ese espacio
cuyo mantenimiento le cuesta al corazón mucho dinero
y entretanto debe, a ojos de los demás, permanecer entero
para ralentizar su ansioso latir, podría ir más despacio,

pero entonces no sería un corazón, sino un corazoncito,
y hasta las estrellas se iban a burlar de su escaso tamaño;
un día no muy lejano, podría estallar, para quedarse frito
aunque quizá nadie se diese cuenta, hasta pasado un año.-




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OTRO POEMA MÁS







Otro poema más de abatimiento, y van tantos
que darían para una enciclopedia sobre el tema
unos cuantos versos más, y encontraré el sistema
de provocar la risa, cuando en realidad es llanto

lo que destilan estos poemas sin pies ni cabeza
a vuela pluma desde que te fuiste en primavera
sin más equipaje que una retahíla de simplezas
sin decir nada coherente, y de la misma manera

con la que viniste hasta mí en un día de Abril
cuando los suaves trinos del pájaro cautivo
hacían girar mi mente como en un tiovivo
confundiendo el azul del mar con el color añil

del arco iris obtenido a partir de la lluvia reseca
absurdamente oculto tras las nubes y el cielo
paralelo al olvido, impávido como estatua de hielo
y tal vez alejado de todo, detrás de alguna cerca.

Lo que pasó, pasó, y no hay que darle vueltas,
porque pensar en ello no nos dará la sensación
de haber amado, como poco, hasta la extenuación
tras acercar las almas, en un sudario, envueltas.

Y si fuese posible retroceder en el tiempo y volver
al punto de partida, como pasa en el juego de la oca,
quizá no nos quedase mucha fuerza para el renacer
aunque en temas de amor, toda precaución es poca.

Ya vamos de caída, el sol no brilla y de la triste cena
quedan apenas unas migajas que no alimentan sueños;
en todo caso, y no siendo ya de nuestro destino dueños
podríamos dar por finiquitada la permanente escena

de dos enamorados que no quieren quererse, ni odiarse
pero que están juntos solo por el hecho de no saber
como poner el broche a una relación sin fastidiarse
o como volver a disfrutar como antes de un amanecer.

Entre la pena y el olvido hemos decidido no ceder
entre seguir así o continuar odiando preferimos volver
a ser comidilla de tertulias, más o menos profundas,
en las que alguien, casi siempre nos dará alguna tunda.

Entre el odio y el miedo debería pensar tan solo en tí,
en cuando eras una niña bonita y los hombres hacían cola
para que nunca, en ninguna situación, estuvieses a solas
todo lo contrario a lo que, de ser joven, me ocurriría a mí.-



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PORQUE NO QUIERO OLVIDAR





Sé que no volverás, lo supe en el momento
en el que llegué a casa y no escuché tus risas,
cuando no había nada en el salón desordenado
y de inmediato pensé que te habrías cansado,

de tanta soledad y de los mismos hechos
repetidos, día tras día, como una letanía,
ásperos tiempos para el amor y la alegría
en llanto y pura lágrima de dolor deshechos.

En cuanto ponga en orden mis ideas, entonces
trataré de localizarte en los lugares comunes,
aquellos donde solíamos acudir todos los lunes
tan sólo para escuchar negativas de las voces

de todos los que te conocen y a mí también,
y saben que lo nuestro se sostenía de milagro
un poco por la fe que le aplicabas tan bien
y otro por la ausencia de las pruebas de cargo

en contra de una relación que se desvanecía
entre los últimos amaneceres, sin lluvia ni sol
prestos tan sólo a darse el ultimátum ése día
en el que le dio por fallar la luz del único farol

que iluminaba tenuemente la calle y nuestra vida
tiernamente herida por las huestes de la melancolía;
absurdamente desequilibrada por tantas despedidas
y sobre todo ahíta de consejos, amenazas y porfías.

Puede que dé contigo, pero en el caso contrario,
es decir, si vuelvo a casa y no te he encontrado,
descorcharé la vieja botella de vino del armario
para brindar porque no habrá futuro, ni pasado

y tal vez el alcohol, que nos proporciona valentía
resuelva de momento el problema, aún soluble,
del final de una estrecha relación que prometía
o al menos, tenía un cierto aire a tema respetable.

Opositaré a viejo y abandonado por tu parte
me quedará el recurso de no ser el culpable
de una infeliz ruptura que nunca es deseable
de un alejamiento, convertido en obra de arte

porque no deja resquicio, ni al odio, ni al olvido
porque causa pavor en el alma del que se queda
porque en el fondo el diablo en el amor enreda
porque no quiero olvidar todo lo que ya he vivido.




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NI SIQUIERA MI LLANTO






Seguíamos sin comprender, pero lo hicimos,
separamos nuestras vidas un día junto al mar
sin caer en la cuenta de que lo que vivimos,
no daba, ni siquiera, para un día de amar.

Todos los callejones acaban en un muro
y las flores, sin agua se marchitan seguro;
quedará en la conciencia el haber intentado
apartar nuestras almas del extraño candado

cuya combinación, ni libera, ni apresa
es más bien un deseo que una realidad
como ves, lo que siento es la necesidad
de besar, como antes, tu boquita de fresa.

Cada vez que te miro, me suele suceder
que añoro tus caricias, tu carita mimosa
tu manía del orden, el colocar cada cosa
en el sitio donde alguien debería poner

los sueños, si los tiene, o bien la realidad
de un amor imposible, por cuestiones de edad;
hoy prefiero sentirme libre como los pájaros
en lugar de agarrarme a la piel, como un ácaro

pero sé que mañana, en cuanto te despiertes
y hayas decidido que no cuentas conmigo
habrás perdido un trozo de lo que fue un amigo
y sin embargo yo, te desearé mucha suerte

en tu largo periplo en busca de ése amor
que salía en los cuentos, los de Maricastaña
en los que el agua azul, ilumina el verdor,
hincha los corazones y los males restaña.

Yo no quiero pensar que lo nuestro fue en vano
que todo ese largo camino, cogidos de la mano
vino a desembocar, como si fuese un vulgar río
en un mundo cruel, donde se impondrá el frío,

a nada que el invierno, con sus alas de hielo,
suceda al viejo otoño, ya de capa caída;
hubo, claro, momentos para tocar el cielo,
y también pensamientos con ideas suicidas;

pero juntos pusimos un punto de cordura
en una relación que se me antoja acabada
vete pues de mi lado, y así no verás nada,
ni siquiera mi llanto, que en mis ojos perdura.



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