DEL RINCÓN MÁS OSCURO

Del rincón más oscuro, en la penumbra fría,
alejado del mundo, viviendo por las noches
y tratando de que nadie me viese por el día,
cruzando por las calles sin mirar entre coches

que pasaban veloces igual que rayos sin trueno
como cometas pasados de vueltas, sin destino,
así he andado desde que te fuiste, mi camino,
y hete aquí la conclusión, tras debate sereno,

que la vida sin tí es una fuente de amarguras
cuyas aguas en Abril, ya se habrán agotado,
y como en los cuentos chinos, magia pura,
con las últimas letras, todo habrá terminado.

He resistido sin llorar, casi un año entero
y las lágrimas pugnando por salir a flote
rompiendo el lacrimal, han puesto a cero
el contador de besos, y para que no se note

he hecho trampa y he añadido unos abrazos
algunas caricias, al tuntún, y varios roces,
a la redondilla letra del diario que conoces
por haberlo sostenido de noche, en tu regazo.

Porque la vida sin tí es posible, aunque distinta,
ya que no seremos más la flor de una pasión,
y cuando el mundo gire al revés, la variopinta
legión de aduladores, quizá invente una canción

que te acompañe durante ésas horas perdidas
a las que la inesperada soledad te ha conducido
quizá entonces te dé por rememorar lo ya vivido
tal vez se te ocurra amar, sin esperar tendida

sobre el amplio sofá a que te traigan la prensa,
en unión de un buen café, negro y descafeinado
de una rosa y de un buen croissant acompañado
con el bote de mermelada que hay en la despensa.

No deseo marchar, pero la vida me empuja a ello
y resistirse al destino sólo trae malas consecuencias
por ello que mi psiquiatra me recomienda paciencia
tratar de imaginar un futuro menos negro, más bello

y sobre todo no cometer errores como decir te quiero
a quien como tú lo ha escuchado en tantas ocasiones
música para sus oídos, en forma de dulces canciones,
sonando a veces falso, a fuer de tratar de ser sincero.



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SIN NADA QUE SOÑAR

Anoche soñé contigo, y casi siempre que lo hago,
dejando aparte el hecho de pensar que soy un vago
por quedarme en la cama, en lugar de ir a trabajar,
es cierto que, aún acostado, también se puede amar.

Los sueños iban como siempre por caminos extraños
y en ellos aparecía tu madre, como en la vida real;
íbamos de excursión por lugares ignotos y al final
lográbamos llegar al refugio sin sufrir ningún daño.

Como a veces los sueños pueden interpretarse,
y si piensas en ángeles, podrían ser demonios,
cuando la pesadilla gira en torno a casarse
y debes de pedirle a alguien matrimonio

a esas ensoñaciones recurrirás un día
y cualquier noche, quizá en primavera
sin poderte dormir, te irás a la nevera,
y si queda cerveza, tendrás una alegría.

Los sueños son alegorías sin nada que perder
imágenes disueltas en el áspero vino de la vida
restos de un corazón sobre un bello atardecer
una especie de oblea, que una vez comida

alimenta el espíritu, que no el cuerpo mortal,
y si hay que casarse, pues te vas a la iglesia,
vestido con tus mejores galas, a tope de moral
y de viaje de novios, quizá a la Polinesia,

aunque diga tu madre que está lejos, ignora
que eso es precisamente lo que se busca ahí,
como es alejarse de todo lo que tienes aquí
y disfrutar del mundo, sin ninguna demora

tan sólo haciendo cola para coger billetes
al próximo destino, más exótico aún,
si no es en Siberia, podría ser Cancún,
pero a veces los sueños te ponen en un brete

y acabas paseando de la mano de un tipo
al que apenas conoces, y tras dar una vuelta
te dan ganas de huir, a través de la puerta
ser la novia a la fuga que crea estereotipos.

Anoche soñé contigo, y a la mañana siguiente
había un enorme corazón, dibujado con mimo
en el cristal de la ventana que casi nunca abrimos
el cual estaba helado por culpa del maldito relente.



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ME PIDO TU REGAZO

Vamos a ver si hablamos de amor, de manera adecuada,
sin hacer aspavientos y sin realizar grandes declaraciones
dejémonos guiar, sin salirnos del tema, por las emociones
y hagamos dos carambolas de amor, de una sola tacada.

Porque la verborrea es peligrosa, y si tienes que hablar
es mejor cuanto antes, no dejarlo otra vez para luego,
callarse cuando no toca es a veces como jugar con fuego
pronunciar mil palabras, sin venir a cuento, puede llevar

también a un cierto desencanto, como en filmes de amor
cuyo final a veces es tan triste como alegre el principio;
no dejas de sentir, muy en el fondo, un punto de temor
y ves que la poesía, si no es buena, está llena de ripios

con lo cual la distancia entre el sueño y el cielo separa
no sólo corazones, sino también almas enganchadas
a la pálida luz de una estrella fugaz, que nunca para,
y que atrae de la gente, de lunes a domingo, la mirada.

en ese punto de fuga estaba yo cuando te conocí
y realmente no era feliz, pero tampoco desgraciado
digamos que me sentía entonces un poco desplazado
pero recuperé la calma desde el momento en que vi

que dos enamorados pueden cambiar el mundo de repente
y no hay que subirse a lo alto de un risco y hacer parapente
basta tan solo con besarse en el cuello, y con miradas dulces
tras de apagar con el pie desnudo, de la habitación, las luces,

dedicar unos minutos al amor, tan descuidado a veces
que no se encuentra a gusto y tratará de escabullirse
para buscar en otros lares alguna relación que crece
y que si no fuese así, al menos no tratará de resistirse

a un destino que no es sino el signo de los tiempos
marcado a fuego por designios que se nos escapan
idealizado por mártires cuyas ideas siempre acaban
llevadas de un sitio para otro, a lomos de los vientos.

Para cuando mi mano llegue a posarse en tu brazo
y sigamos andando, ajenos a la lluvia y al ocaso,
quizá sea más en junio que en febrero, o si acaso
nos toca estrenar la primavera, me pido tu regazo,

porque sólo en él encuentro la soledad, acompañada
de dulces sueños, que me transportan directos al olvido;
cuando todo alrededor se desmorone y quede en nada,
ninguno de los dos tendrá un recuerdo de todo lo vivido.



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NO ESPERO TU PERDÓN

Siempre hay algo que perdonar en esta vida
viejas rencillas que subsisten en la mente
oscuros miedos que se agarran fuertemente
y temores varios, que en su justa medida,

forman parte del entorno gris de la pareja
algunos no dan ni para enarcar alguna ceja
otros en cambio quedan pegados como lapas
y resisten cualquier cambio formando capas,

y pliegues de odio que no paran de crecer
nubes oscuras que ocultan cada amanecer
rincones olvidados donde el polvo se posa
almas furtivas que se tornan caprichosas

por el mero hecho de no ser correspondidas
entonces todo el mundo podría separarse
igual los continentes que las islas perdidas
y hasta la pareja más fiel dejaría de amarse.

Quizá no baste ahora con demandar perdón
implorando tal vez unos días de prórroga
en una relación que en su interior se arroga
la insana y torpe idea de que un corazón

malherido y doliente es mejor que una idea
bastante imaginaria sobre la triste imagen
de dos amantes rotos paseando por la aldea
y una vez ya cansados es posible que atajen

y busquen el camino más corto hacia la dicha
el sendero directo al placer más mundano
henchidos de cariño, cogidos de la mano
y ahuyentando a gritos atisbos de desdichas.

No espero tu perdón, ni tampoco lo quiero
siendo la soledad el premio a tu desdén;
por un día estuvimos juntos en el Edén
y no disfruté mucho, para serte sincero.

Pero no fue por tí, no te creas culpable
de algo cuya culpa pertenece al pasado
he visto del amor, su cara más amable,
pero también estaba un poco demacrado

y al tratar de ajustar su capa, envolviendo
sus hombros, para evitarle el frío mañanero
con la vana esperanza de verlo sonriendo,
en esa espera inútil se pasó el año entero.-



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ALGÚN DÍA LLEGARÉ

Algún día llegaré, no sé si sobre una nube blanca
o a lomos de un cerro gris, pero quiero volver
por si me has olvidado, o si has dejado correr
agua de la fuente del amor, que a veces se estanca.

Y entonces las trompetas guardadas en sus fundas
bien pulidas y brillantes, como esmeraldas finas,
tocarán a rebato, y tú, quizá de regreso a la oficina
sus agudos sones con el llanto de un bebé confundas.

para que no me olvides, y tengas un recuerdo sincero
de todos aquellos años pasados, algunos verdaderos
y otros no tanto, prometo regresar sin mucho rencor;
no vaya a ser que el odio, más fuerte sea que el amor

y aquellas manos juntas, aquellos besos y las promesas
hechas en una iglesia, ante tantas estatuas y pinturas,
no sean sino el símbolo de una despedida con premura
el llanto amargo y cruel de dos almas sentadas a la mesa

sin nada que llevarse a la boca, excepto quizá un beso
y a veces nada, pues la rutina te obliga a reflexionar
y acabas comprendiendo que no siempre has de besar
aunque estés llorando por dentro, y a ratos, es por eso

por lo que la vida se convierte en un vaivén de acosos
ahora comes tú, luego soy yo quien come, en fin,
que no es plato de buen gusto el amor sin recursos
ni vivir, de este planeta tierra, en el último confín

donde el cielo es ingrato y el cariño se entiende
como una forma de pasar el rato, sin ataduras,
la fe en nosotros mismos, al ritmo que perdura,
no durará un minuto, pues la pasión no se enciende

y la vela que guía a dos almas dolientes de verdad
tiene apenas una hora de luz, y el cabo ardiendo,
no es sino una certeza de que estamos adquiriendo
además de la rutina en los besos, algo de suciedad.

Que no sea la tarde lo que nos aleje de la historia
que sean otros los que escriban poemas sin sentido
vendrán tiempos mejores y los momentos perdidos
no serán sino olvido en los recovecos de la memoria

a cuya inexperiencia achacaremos todos los males
pasados y futuros, como si el mundo no fuese suficiente
para estar juntos en el mismo lado, rechinando los dientes
y regalando miradas de odio y frases de rencor a raudales.



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