sábado, 30 de diciembre de 2017

DE VIAJES Y DE CELOS




Recuerdo dónde hicimos la foto del salón
en un viaje acordado, como premio final
a un año estupendo, sería una señal
enviada en directo a nuestro corazón

para seguir latiendo por la persona amada
bombeando la sangre necesaria y oportuna
el viaje iría bien, sobre todo lo sería la llegada
en busca de un poquito de paz, y con fortuna,

también de amor, pues los viajes se hacen
para reforzar el cariño, preso de la rutina
en todo caso, lo nuestro pudo ser una ruina
pues a veces las parejas en ruta se deshacen

sin llegar a destino, ponen punto y final
a una relación deteriorada por los celos;
ya cogimos el tren, casi, casi por los pelos
así que nuestra aventura debería de ir mal.

Al principio creí que era lo de siempre
algún dolor atípico, de los que van y vienen
luego, pasado el tiempo, a veces se mantienen
tanto tiempo en activo, que se tornan costumbre

e impiden amarse, lo cual no es nada bueno
si hay algo en este mundo bonito es el amor
bien que lo sé ahora que estoy sólo y sereno
como entonces lo ignoraba, no sentía el dolor

de la cuantiosa pérdida de un beso distraído
ya dado por sentado antes de que el sol salga
por tus besos, distantes, hasta aquí he venido
espero que en el futuro este esfuerzo me valga

pero si no valiese, estoy presto a intentarlo
de nuevo, con más ganas, en un viaje más largo
quizá haya que madrugar para poder cogerlo
pero lo más seguro, será viajar en Talgo.

De viajes y de celos, está el mundo plagado
en amplios recorridos, todos somos expertos
a veces uno viaja desnudo, a corazón abierto
pero en otras ocasiones, más experimentados

cogemos ruta hacia el perdón o hacia el olvido
sin querer detenernos en la estación del medio
aquella donde hay un hotel, casi siempre ocupado;
tras invitarte a olvidar los celos, estás curado.

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Y CUANDO EL SOL SE OCULTA






Amaneció en Septiembre, y era un día cualquiera
pude ver en tu mirada, que estabas hecha una fiera
quizá había metido la pata en algo, quién lo sabe,
en éste mundo cruel, donde la debilidad no cabe

tú tenías la sartén por el mango, y yo, desesperado
hice promesas que no podría cumplir, de aquellas
cuya lista es tan larga como la de los reyes godos
amables y sinceras, como son a veces las doncellas

pero con un interior no apto para gentes de bien
escondido en un manto de dulzura y abrazos
atado de pies y manos, con el alma en pedazos,
sólo pude rezar y si acaso, implorando también,

pedir a Dios que no fuese eterno este momento
o que, al menos, pasase lo más rápido posible
si miramos hacia atrás y la vida ha sido horrible
se puede pensar que cualquier futuro movimiento

será como en una partida de ajedrez, muy meditado
reflexionado incluso, durante largos minutos
y mientras tanto yo, que he dejado el juego de lado
porque lo cierto es que, pensando, no disfruto

y si algún día el destino pone en mis manos un tablero
procuraré no romperlo, y colocaré las fichas con esmero
la reina en el centro, donde debe de estar, y el rey al lado
pero no creas que en mi caso se tratará del rey pasmado

porque venimos de un lugar donde tan solo crecen
los sentimientos más honrados, los que valen la pena
aquellos que afloran de repente en mitad de la cena
y cuando el sol se oculta, suavemente se adormecen

para despertar al día siguiente, bien lozanos
y tras de lavarse los dientes y luego las manos
se dirigen en procesión a la acera de enfrente
para no ser pisoteados por la turba de gente

que se dirige rauda al súper, o a la empresa
que mira a sus espaldas para ver si le siguen
resguardándose luego del viento que no cesa
con enormes abrigos, y a veces lo consiguen

mientras en ocasiones se quedan a mitad de camino
haciendo eses como si hubiesen desayunado con vino
no son realmente dipsómanos, pero hoy han bebido,
a la salud de alguien que se fue, o que nunca ha venido.-


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A UN FALSO AMOR






Iba por tí el último brindis de anoche en la taberna
por nuestros buenos tiempos, que ha tiempo pasaron
nos quedará la dicha, si todavía sigue estando tierna
y quizá también alguno de los besos, que quedaron

como se suele decir, en el tintero, a punto de salir
eso sería antes de la guerra, ya ni me acuerdo casi,
aunque aún tengo vívido el día en que te vi partir
con tanto equipaje que casi no te cabía en el taxi.

Alrededor de mí estaban los borrachos habituales
cada uno bebiendo por una razón distinta, pero todos
solidarios los unos con los otros, juntando los codos
en la barra llena de cervezas, con sus pajas mentales

cambiando el mundo a cada trago y bocado de tortilla
que no están ahora las cosas en casa como para cenar
nadie me espera, ni el gato siquiera, que se cepilla
cualquier resto de vianda que se pueda encontrar.

Una y otra vez las puertas del bar se abren y se cierran
a veces nadie sale, pues está demasiado ebrio para irse
así que se queda y pide otra ronda, todos lo celebran
y aunque no venga a cuento, la peña no para de reírse.

Ebrios de soledad, bebemos por el pasado y el futuro;
el pasado se fue, y apenas merece un par de brindis
el futuro no existe, pero si existiese, sería bien oscuro
casi para cada uno de nosotros, verdaderos mindundis

cuyas babas recorren el suelo en procesión y se posan
en el rincón más áspero del bar, donde todos acaban
cuando el dinero ya no da más de sí, y el reloj acosa
para volver a la que aún es tu casa, donde ponen trabas

si regresas borracho, pero luego te buscan si no llegas
es un poco un quiero y no puedo, ni contigo, ni sin tí
y sin embargo no hace mucho hubo amor, casi a ciegas
como lo fue en mi caso, la primera vez que yo te vi.

Llegan las once, con su carga de sonidos y de ecos
y el bar se cierra, nos dejan en la calle con la última
copa; pasan los basureros y saludan, somos víctimas
del mal llamado de amores, en éste caso, huecos

y sobre todo falsos, como falsa era tu sonrisa al marchar
pero húmedas las lágrimas que soltaste, como agua de mar
traté de no beber ése día al menos, en sentido homenaje
a un falso amor, que un día sin otro, se cambiaba de traje.-


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CUANDO EL ALBA REGRESE






Como dos bueyes tirando de una pesada carreta
igual que sucios mineros acarreando carbón
así es nuestra relación, nada ligera, obsoleta
basada en mil presunciones y con poco corazón

Si al menos empujásemos en la misma dirección
sería fácil que el carrito avanzase, pero no es así
cada uno se busca su camino, quizá de perdición
y siempre queda el recurso de decir que te aburrí.

A veces me sorprendo hablando sólo, y llorando
añoro cada rato junto a tí, y el alma se me hace trizas
mientras tanto tú, cogiéndote el alma con dos pinzas
eres consciente hasta del polvo que levantas caminando.

Calculadora, sí, pero no fría, ni un poquito siquiera;
lo teníamos todo para ser felices para siempre jamás
una nube fugaz nos dejó empapados; era primavera
y por todo el camino andado no pudimos volver atrás.

Cuando el alba regrese y las nubes con su llanto sordo
empapen esta bendita tierra que nos ha visto amarnos
cuando tan sólo nos queden unas horas de luz a bordo
del barquito que se usa tan solo para transportarnos

a ese mundo desconocido de donde todos regresan
un poquito estresados, pero llenos de dicha y gratitud
con los bolsillos llenos de panfletos, ebrios de juventud
y cuyos cánticos, de llamada a la calma, apenas cesan.

Tanto tiempo deseando verte y cuando apareciste
me dio por pensar que no eras tú, pero ahí estabas
muy bien vestida como siempre desde que naciste
creo que incluso te llegaría a sentar bien una chilaba

y se me fue el tiempo en admirarte, sin decir ni pío
sin apenas articular palabra, ni un gesto siquiera
muchas veces lo pienso para mí, ojala que pudiera
volver atrás, donde el mundo es oscuro y hace frío

donde todas las almas tienen que retratarse y conectar
aquel mundo de incógnito, con el presente más real
la luz, esplendorosa, la proporciona la aurora boreal
siendo entonces más fácil sonreír que empezar a llorar.

Quedo reconocido por tus desvelos hacia mí, y considero
que todo lo vivido ha merecido la pena, siquiera por saber
que aún podremos vivir juntos un ratito de algún amanecer
a no ser que el día salga con una oscuridad de aquí te espero.


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AÚN NO SABÍA AMAR





Si pienso mucho en tí, me duele la cabeza
en cambio, si te ignoro, el corazón se queja
el equilibrio está en colocar en la bandeja
sin nada de ansiedad y con mucha destreza

los pros y los contras de nuestra situación
tan clara algunos ratos y a veces tan oscura
el amor, como enfermedad, no tiene cura
ni el alma enamorada, tampoco salvación.

Hoy venía pensando en todas esas cosas
que hacen de cierta relación una bicoca;
por una parte hay amor, que siempre toca
la fibra más sensible de la vida amorosa

y no siempre hay dolor, aunque si aparece
ahí está el cariño para vencerle y luego
sentados y abrazados tiernamente junto al fuego
veremos como las llamas, si las azuzas, crecen.

Más tarde la realidad se impone y sin embargo
sigo soñando que estás conmigo aún, como antes
te veo quitándote la ropa, y cómo no, los guantes
mientras yo, de pagarle al taxista me hago cargo

y aún queda algo de cena en la nevera, y el gato
no se ha comido nada de lo que había en la mesa;
es otro día gris, donde hemos pasado buenos ratos
una jornada más, la primera de una nueva remesa

que nos llevará, por casa de tus padres, de visita
tan reticentes a nuestra relación como cansados
de darte unos consejos que no son escuchados
de tratar de impedirte que acudieses a las citas

cuando aún eras joven, no como ahora, madura
y muy segura de tí misma, hasta decir ¡ basta !
creo que cuando te hicieron usaron otra pasta
distinta a la de las otras mujeres, es más dura,

pues a veces parece como que nada te afecta
ni el llanto del niño hambriento y desvalido
ni la soledad del anciano, le miras circunspecta
y cuando quiere dirigirte la palabra, ya te has ido.

Eres parecida a un amor que tuve cuando el mar
aún no tenía peces, ni las olas chocaban entre ellas
para ganar la posición y poder así ver las estrellas
lo más triste es que entonces, aún no sabía amar.


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