domingo, 28 de agosto de 2016

PORQUE NO QUIERO OLVIDAR





Sé que no volverás, lo supe en el momento
en el que llegué a casa y no escuché tus risas,
cuando no había nada en el salón desordenado
y de inmediato pensé que te habrías cansado,

de tanta soledad y de los mismos hechos
repetidos, día tras día, como una letanía,
ásperos tiempos para el amor y la alegría
en llanto y pura lágrima de dolor deshechos.

En cuanto ponga en orden mis ideas, entonces
trataré de localizarte en los lugares comunes,
aquellos donde solíamos acudir todos los lunes
tan sólo para escuchar negativas de las voces

de todos los que te conocen y a mí también,
y saben que lo nuestro se sostenía de milagro
un poco por la fe que le aplicabas tan bien
y otro por la ausencia de las pruebas de cargo

en contra de una relación que se desvanecía
entre los últimos amaneceres, sin lluvia ni sol
prestos tan sólo a darse el ultimátum ése día
en el que le dio por fallar la luz del único farol

que iluminaba tenuemente la calle y nuestra vida
tiernamente herida por las huestes de la melancolía;
absurdamente desequilibrada por tantas despedidas
y sobre todo ahíta de consejos, amenazas y porfías.

Puede que dé contigo, pero en el caso contrario,
es decir, si vuelvo a casa y no te he encontrado,
descorcharé la vieja botella de vino del armario
para brindar porque no habrá futuro, ni pasado

y tal vez el alcohol, que nos proporciona valentía
resuelva de momento el problema, aún soluble,
del final de una estrecha relación que prometía
o al menos, tenía un cierto aire a tema respetable.

Opositaré a viejo y abandonado por tu parte
me quedará el recurso de no ser el culpable
de una infeliz ruptura que nunca es deseable
de un alejamiento, convertido en obra de arte

porque no deja resquicio, ni al odio, ni al olvido
porque causa pavor en el alma del que se queda
porque en el fondo el diablo en el amor enreda
porque no quiero olvidar todo lo que ya he vivido.




.......................

No hay comentarios: