ESCRIBO ESTO POR TÍ

Ay del hombre que se fía de una mujer en apuros
y la ve tan desvalida que se apiada de su pena
en la misma solución hay un punto de condena
para iniciar un amor, hay que ir sobre seguro.

Ya hemos dicho casi todo, y nos queda el epitafio
de un amor que se nos fue tan sólo por nuestra culpa
debo de reconocer que a veces fui un tanto zafio
si era así, lo lamento, y ahora te pido disculpas.

Como esas tardes de otoño en las que el sol no calienta
igual que aquellos parterres, sin flores en la avenida,
me he quedado un tanto frío, el pan ya no me alimenta
y la peli de las tardes, ni tan siquiera es divertida.

Escribo esto por ti, para que otra vez consigas
embarcarte en un navío al pairo de grandes olas
para que el amanecer no te encuentre un tanto sola
para darle consistencia a tu existencia, con vigas

hechas de puro amor, sin fisuras y sin taras
listas para la ocasión si deseas emplearlas,
si no es así, y ahora tu alma ya no reparas,
sólo queda recibirlas y acto seguido tirarlas.

Veo a Venus en el cielo y pienso en el universo
que creamos cada vez que nos vimos de verdad,
cuando pude acariciarte, y notaba la levedad,
de tus senos oprimidos por el sostén pero tersos.

Si pudiese concertar una cita más contigo,
si la vida nos uniese tal como nos separó,
si el viejo adagio que aquel poeta escribió
de un amor verdadero consiguiera ser testigo,

no me andaría, como entonces, por las ramas
cogería bien el fruto, esta vez con ambas manos
con ardor y tal vez con esfuerzo sobrehumano
dejando a un lado los versitos y las proclamas.

No hay amores que te maten y sí corazones rotos
por el esfuerzo de amar a quien nunca te ha querido
no es nuestro caso, lo sé, pero me encuentro perdido
sin tu presencia no siento ni siquiera un terremoto.

Debo de reconocer que has puesto de tu parte
todo cuanto has podido para no dejarme solo
y ahora tengo que decirte, que cuando sopla Eolo,
me empuja sin dilación en la dirección de amarte.



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