NO ASPIRABA A SER TU DUEÑO

Ahora, que vemos el mar desde otra perspectiva
y que, digamos, tienes una nueva vida, más activa
creo haber llegado al punto en el cual el infinito
se vuelve terrenal y el amor es un trozo de granito

sólido como la roca, ajeno a cuantas circunstancias
coparon sus pensamientos, incólume como el pan,
irresistible y antiguo, con la infinita constancia
de que las penas hoy vienen, pero mañana se van.

Puede ser mi mente, sí, pero también es mi alma
intensamente perdida entre nubes de impaciencia
ahora todo es perfecto, ha vuelto hasta mi la calma
tengo la vida ordenada, y nada de mala conciencia.

Quizá no debería decirte: a mi modo, soy feliz,
porque de alguna manera ahora estoy recordando
aquellas tiernas caricias, dulces como el regaliz
pero cuyas consecuencias aún sigo yo pagando.

No aspiraba a ser tu dueño, tan solo quise expresar
con palabras, no con gestos, aquel amor verdadero
cuya esencia, en un frasquito, quisimos tomar entero
y luego, al sentirnos mal, nos debieron de ingresar

en un hospital de almas, donde no hay enfermeras
y las curas, si las precisas, te las haces a tu modo
quizá en algún momento no te gustó mi manera
de expresarte mi amor , pero con eso y con todo

no debimos pelearnos, la batalla deja huellas,
las espadas cicatrices y los golpes, moratones
luego todo vuelve a ser laberinto de razones
donde el astuto galán no encontrará su doncella

y partirá hacia la nada, sin caballo y sin espada
fiando en el horizonte su causa, ahora perdida,
cuando llegue a su destino, tras una dura jornada
rememorará un instante, retazos de viejas vidas,

y junto al vino y el pan servidos en la posada
pondrá su melancolía bien ordenada, dispuesta
a salir si hiciese falta de estampía por la puerta
en cuanto viese a su amor en el umbral dibujada.

Hoy son penas las narradas, mañana serán poemas
hechos de trozos de alma, sin rima y sin concesiones
ya el hecho de abandonarme me produjo un eritema
pero si algún día vuelves, no me expliques las razones.





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