martes, 25 de junio de 2013

O TAN SÓLO FUE UN SUEÑO (2)



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pero hay cierta condescendencia en suponer también
que toda vida triste tiene un penoso origen o al menos infeliz;
y que la madre tierra, de la que se supone que todo lo hace bien
a veces se equivoca, o por mejor decirlo, comete algún desliz

y remueve montañas con fuerza inusitada, haciéndonos creer
que estaría enfadada, con alguien o por algo, y por eso crepita
ruge y se reconcome, y de su probada ira abrirá bien la espita
y quien se interponga en su errado camino, lleva las de perder.

Igual que los que aman y luego se abandonan, quedan en mal lugar
asimismo he pensado en dejar de hacer circo y procurar pensar
si no sería lo nuestro la parte menos racional de un sentimiento
ocurrió realmente, o tan sólo fue un sueño, llegado en mal momento

ahíto de amarguras, lleno de atardeceres, con más pena que gloria,
una especie de riego de una planta hirsuta, pegada al pobre suelo
que un buen día vino en plan conquistador, en busca de consuelo
y después de unas horas el incesante viento la subió en una noria

de la que no se sale hasta que la palanca queda fija y anclada
por muchas ganas que haya de abandonarla, nadie puede salir
tal vez estés dispuesto, pese a lo sucedido, a volver a subir
pudiendo el que guía las vueltas de esa noria, el dejarla parada

y allá en lo alto, quedará un cajetín, esta vez ocupado
por una pareja de lo que parecen ser dos enamorados
desafiando al viento, apenas escuchando el ligero clamor
que tejen con sus alas algunos pajarillos que rezuman amor

y que pasan volando en busca de otros lares donde poder dormir
visto que en esta tierra los gritos de la gente no les dejan en paz
a mi me pasa igual, sintiendo que sin ti, ya no puedo vivir
si no estás a mi lado, de seguir mi destino, no me veo capaz

pero tampoco puedo levantar el vuelo de una vez por todas
oteando el paisaje cerca del cielo azul donde nada te espanta
me parezco a esa dama que parece llorar, pero que sólo canta
harta de figurar como dama de honor, en no sé cuantas bodas

y el alma se me cierra al compás de un arpegio, se bate en retirada
cuando observa impertérrita como marchas a pie, sin volver la mirada
eternamente joven, como un cuadro pintado por el mismo pintor,
tu mirada perdida produce en mi intelecto un cierto resquemor

y a modo de epitafio poner en letras grandes, he dejado ordenado
una vez a cubierto de los errores que pude cometer en el pasado
y de la tristeza intrínseca del hombre sin pareja, un poquito alejado
aquí yace por siempre, y sin ninguna gana, un hombre enamorado.-