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Cuyas horas ya no puedo ni siquiera soportar
Tras haber abandonado lo que más nos agradaba.
Me acordaré de los días pasados y cómo amaba
Aquellos buenos momentos de tu dulce despertar.
Cuando compartimos cama, hotel y algo de amor
De lo mucho que reímos, de aquel cielo tan lejano
De algunas copas tomadas en el amplio velador
Cuyas ligeras cortinas, apartamos con las manos.-
Siquiera por un momento, y ya como despedida
Te diría cuanto te quiero, y luego te besaría
Quizás te viese sonreír, con la mirada perdida
Luego una triste sonrisa, seguro que esbozarías.
Pero me he dado cuenta, por unos cuantos detalles
De que ya no podrá ser, al menos en esta vida,
Porque el vacío me empuja, como una hoja caída
De un árbol cuyas hojas van rodando por el valle.
Quien ocupe mi lugar es un asunto que ignoro
Deseando lo mejor para ambos, me despido
De aquellos minutos juntos, no reniego lo vivido
Aunque ya de ésta mina no se puede extraer oro
Pensé solamente en ti y al hacerlo demasiado
Mi corazón se llenó de pesares y de cuitas
Un pedacito de cielo alcancé en alguna cita
Cuando creí, de verdad, que estabas enamorado
Tan sólo vi que allí estabas
No me importó si me amabas
Yo sola, reía por las calles
Sin observar los detalles
Que me advertían con creces
Sobre tu forma de ser
Yo no los quise creer,
Pero aún así mi alma merece
Una despedida digna, no un pase de torero
Que cita al toro en los medios y lo engaña;
No quiero ser el capote de tejido tan ligero
Cuyo roce con mi piel como una lija me daña
No me vuelvas a escribir, ya no merece la pena
Hemos tenido la dicha de amarnos sin cortapisas
Ahora todo se acabó, hay que despejar la escena
Y para no arrepentirme, voy a marcharme deprisa.
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