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Yo no entiendo del amor, es algo que me supera
no sé porqué no me quieren, pero si un día me dicen
que lo nuestro se acabó, no malgastaré la espera
en escuchar opiniones que a veces se contradicen,
pues no se trata de hallar el culpable de la ruptura
sino de aceptar, sin más, que ya no existe el futuro
hay que seguir un camino que proporcione aventuras
y luego, cuando lleguemos, rezaremos sobre el muro
donde hay una señal por cada promesa rota
una grieta en la pared por cada sueño incumplido
mientras la mejor terapia contra el tedio es el olvido
nunca sabremos de donde cada día el amor brota.-
Sin que importe realmente el resultado final
de una relación marcada por el cruel desatino
de no saber si podremos superar ese caudal
del río que nos conduce a saber a qué destino
hoy debo reconocer que no soy un buen amante
ni sé por qué el corazón late con esa cadencia
sin detenerse jamás, siquiera por un instante
haciendo de su trabajo un dechado de paciencia
y cuando llegue la hora de rendir cuentas, diré
en tono conciliador, que nunca dejé de amarte
tal vez esa confesión no logre reanimarte
pero tal y como digo, eso es todo lo que haré.
Y en el monte donde rezan esos hombres descreídos
ante una cruz cuyo origen nadie sabe a ciencia cierta
sin olvidar el pasado, pero dejando mi puerta abierta
colgaré un cartel que diga “confieso que te he querido”.-
