Está siempre presente, si no pisas
Con cuidado las ajadas baldosas
Puestas en el camino hacia la entrada
Y que a veces reflejan contra el muro
La luz de un pequeño sol de mediodía
Abrumado su fulgor por esa niebla
Que cambió nuestros sueños en tinieblas
Y se llevó de paso, toda nuestra alegría.
Hoy llega el fin de mes, y se va un año
En el cual, cada uno de sus largos días
Me ha recordado a ti, y a todas horas
Como un mantra mil veces repetido
Me acuerdo de cuánto te he querido
Y un suspiro de amor se me adelanta
A cualquier sensación sobrevenida
Mientras camino por aquella avenida
Que me lleva a lo que fue tu hogar
En las afueras, hasta casi la acera
Donde esperabas a que te recogiera
Cada dos domingos, para ir a cenar.
Un año más la vida me ha enseñado
A no esperar mucho del ser amado
A transitar por el mundo sin pensar
En cuánto o a quién se puede amar
Sabiendo que, a la hora de la verdad
Los corazones se someten a prueba
Mientras afuera sobre el suelo nieva
Y queda en blanco toda la vecindad
No nos quedará más que el reflejo
De un relación venida a menos
Siempre perderá más el que más puso
Y aunque mi cariño a veces fue difuso
Al menos era amor, mientras lo tuyo
No puede ser calificado como entrega
Me recuerdas al impávido estratega
-Y con esto, por este año, ya concluyo-
Que suele afilar mientras te abraza, su fina espada
Y durante el acto de amor, prepara su veneno
Creo que entre nosotros, casi todo fue bueno
Pero lo que antes fue mucho, se ha quedado en nada.-
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