Hace tiempo me tuviste totalmente atrapada
Me manejaste igual que a una triste marioneta
De pequeñita quise volar, convertida en cometa
Y ahora como un barco viejo estoy aquí, varada
En una tierra que no me pertenece, sin encanto
Tratando, sin éxito, de asumir las decepciones
En un mundo que me ha dejado sin opciones
Incluso la tristeza me ha cubierto con su manto.
Fui una mujer de ésas que se comen el mundo
Pero me convertí en un flan en tu presencia
Sin saber ni qué hacer durante tus ausencias
Sin poder siquiera caer en un sueño profundo
Pensando en si en alguna ocasión te faltaría
Si me echabas de menos, o sensu contrario
Tenías bastante con lo que a tu alrededor había
Y era suficiente con mencionarme en tu diario.
Hoy, cuando el destino me ha colocado en otra vía
Y nuestros trenes se cruzan, sin apenas rozarse
Hay un pájaro en mi ventana que canta de alegría
Quizá esta misma noche haya vuelto a enamorarse
Y su canto cruel pero efectivo, me produce temor
Por una parte, y por la otra, me trae a la memoria
Retazos de un trocito de mi vida, como un cobertor
Que te protege del frío, pero de forma transitoria;
Al destaparte, el relente de la noche te despierta
Miras alrededor, pero nadie tapará tus desnudeces
Porque a pesar de dejar tu puerta siempre abierta
Te encuentras sola y triste, como las otras veces.
Yo quise ser tu manto, protegerte muy a tu pesar
Tal vez me excedí un poquito en mis cuidados
Quizá en algunas ocasiones te impedí respirar
Pero es sólo que quería estar siempre a tu lado
Tener la confianza que me faltaba al marcharte
Pegarme a ti con cola, y una vez conseguido
Elevar una eterna oración al dios Cupido
Por haber permitido el que llegara a amarte.
Hubo un tiempo en que, sí, sentí que me querías
Incluso llegué a pensar que casi me anulabas
Eran tiempos felices; de noche la nieve que caía
Atraía hasta su frío regazo, al pájaro que cantaba.
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