viernes, 27 de junio de 2014

NOS FUIMOS A POR EL ALMA





Nunca dejé de amarte, ni siquiera cuando el cielo
se cubrió de negras nubes que empezaron a perder
toda el agua retenida en su panza sobre el suelo
y como nunca me ha gustado realmente ver llover

me refugié en una casa desconocida y sin dueño
una de esas mansiones donde el dinero lo es todo
mientras que la entrada está diseñada de tal modo
que aunque cayeses al suelo no puedes hacerte daño.

Yo estaba protegido bajo el alféizar, de color amarillo
y tenía a mano mi teléfono móvil por si me hiciera falta
solicitar ayuda para salir de ahí, un método sencillo
pero que la importancia real de este artilugio resalta

En ésas estaba, cuando se abrió la puerta de repente
y apareció una mujer, casi una niña aún, en el portal
invitándome a entrar, y como ya caía agua de mi frente
accedí de inmediato y ambos entramos juntos en el hall.

Enseguida me dio una toalla limpia para secar mi cara
y se dispuso a hervir un poco de agua en una cafetera
un trasto al que solo con verla califiqué de cosa rara
para mí que antes de servir para hacer café era tetera.

Pero como andaba necesitado de tomar algo caliente
para no morir de frío, todavía por el agua muy mojado
y como a caballo regalado no hay que mirar el diente
una vez que la bebida estuvo lista, y yo bien preparado

sentado sobre un sofá que había conocido mejor vida
llevando en la mano la taza, rebosante de infusión,
me dispuse a dar con ella, con premura contenida
mientras ella la probaba, con cierta precaución.

una vez alimentado el cuerpo, nos fuimos a por el alma
y empezó por interrogarme acerca de mi existencia
yo traté de responderle claramente, despacito y con calma
mientras ella me escuchaba demostrando gran paciencia

y así fueron pasando los minutos, convertidos en horas
y nos llegó el momento de descansar, y como aún llovía
me ofreció pasar la noche en su casa, y sin mucha porfía
acepté el envite, y ella me dejó ver su sonrisa encantadora.

Nunca imaginé, ni en mi mejor momento, algo semejante
y traté de encontrar alguna frase de esas que se buscan
cuando se trata de manejar bien un asunto importante
y que muchas veces, a fuerza de pensar, tu mente ofuscan.

Y al no recordar ninguna me desnudé deprisa, esperando
no tener que arrepentirme de aquella decisión apresurada
pude oír claramente como ella aún se estaba arreglando
y de repente la realidad me despertó contra la almohada;

Cuando los sueños nos llevan a un mundo de fantasía
cuyo único horizonte lo marca el cercano amanecer
no me importa si en mis sueños debes desaparecer
siempre que pasemos juntos el resto de nuestros días.-