viernes, 27 de junio de 2014
Y COMPRARÉ ESA ROSA
A partir de ahora ya no voy a amarte
la llama del amor se ha consumido
y tras el último mensaje recibido
y aunque nada puedo reprocharte
he decidido alejarme de tu vida
o por mejor decirlo, irme lejos
esperando a que seamos viejos
para dar por terminada la partida.
No volverás a verme, ni tampoco
tendrás que soportarme como antaño
nada de lo que diga te hará daño
porque pienso decirte más bien poco.
He visto la cara oculta de un amor
que no hay que tomar a la ligera;
te habría entregado mi vida entera
a poco que hubiese notado tu calor.
Me pregunto que he sido para tí,
que no fuese un estorbo, una pena
algo sin alma; y aunque una vez metí
tu recuerdo en la profunda alacena,
hoy me queda justo el tiempo del adiós
el instante supremo en que nos vamos
cada uno por un sendero caminamos
y nunca más nos verán juntos a los dos.
Por muchas razones, es preciso irse
ahora que el ocaso ilumina mi ruta
una vela está a punto de consumirse
y tu mirada, con su reflejo, disfruta.
Fácil es olvidar a quien te ha querido
y más sencillo es mandar todo a paseo
espero que te parezca algo divertido
pero tu amor era todo cuanto poseo.
Ya no me queda nada, si acaso, unos versos
escritos a vuela pluma, sin apenas cordura
hablarán como siempre sobre temas dispersos
sin poder ocultar que están hechos con premura.
Ahora ya me voy y que te vaya bonito,
que el despertar junto a otro, sea dulce
y aunque la idea de llorar no me seduce
es posible que tenga que hacerlo un ratito
y usaré tu pañuelo para enjugar mi llanto
y a través de las lágrimas miraré tu retrato
y esperaré, por si volvieses, un buen rato
a veces los trenes suelen venir con adelanto.
Y compraré esa rosa que tanto te gustaba
de un color tan rojo que haga daño a la vista
para entregar a una persona a la que amaba
en cuanto de su actual paradero tenga una pista.
Adiós mi cielo, adiós para siempre; sin rencor
te conocí y te amé y como ahora debo despedirme
buscaré sólo hechos en los que haya habido amor
como chaleco salvavidas que no me deje hundirme.