martes, 13 de agosto de 2013

LA LIVIANA LEYENDA DEL AMANTE (2)




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en un segundo un verano, en un minuto una vida
todo vale en el amor, hasta hacerse la dormida
para luego despertarte, cuando yo estaba dormido
y al despertarme también, ver que ya te habías ido.

Hoy vuelvo hacia la nostalgia unos ojos expectantes
y me río de nosotros por intentar ser amantes
para mantener a flote un barco que naufragaba
por no saber decir basta, a una relación que acaba

cuando el peso de la pasión deja paso a la tragedia
y los recuerdos no están anclados en el pasado
sino en un lóbrego baúl de etiquetas rodeado
llevado hasta la estación en el tren de la una y media.

Y sin embargo aún creo que lo nuestro fue bonito
no tanto la despedida, pero si el primer encuentro
tan sólo por haber visto como nacía, él solito
el amor, que en este caso, fijo que surgió de dentro.

Pero el tiempo que transcurre igual aquí que en Nepal
nos puso en la tesitura de continuar una historia
el relato de la cual supera a cualquier memoria
no siendo la tuya flaca, la mía no está tan mal

y nadie estuvo a la altura de aquello que demandaba
la ocasión en la que juntos diseñamos el futuro
de haber encontrado amor, de eso estaba seguro
en mi vida como sabes, tan sólo eso me faltaba.

Y quedamos en mandarnos mensajes en Navidad
y se pasó el mes de Enero y tu postal se perdió
y como en un cuento triste la soledad emergió
y a día de hoy aún lucho por conocer la verdad.

Intuyo que bajo el llanto con el que nos despedimos
emergió una algarabía que presagiaba tristezas
puede que esta poesía te haga mover la cabeza
después de todo – dirás – aquello que ambos sufrimos

pero la vida es bonita siempre que no se la tome
por una mujer enferma que requiere mil cuidados
el perfil que quiero dar es el de un enamorado
la presente poesía no es sino el fiel epítome

de un amor que parecía anunciar un futuro esplendoroso
tiernamente acurrucados, rodeados de caricias y de versos sin pulir
el presente, más real, ha logrado transportarnos a un pasado doloroso
y ahora, separados por el tiempo y anclados en la distancia, se hace difícil vivir.-