NOS LLEVÓ LA VIDA ENTERA

Aceptemos la tristeza como una forma de vida
convivamos con el llanto, que vino para quedarse
no hagamos asco al dolor, démosle la bienvenida
y provoquemos que el odio tenga que soliviantarse.

Aparecerá a lo lejos la tortura de no amar
el amplio desaguisado que se forma al sucumbir
ante tropas con casacas rotas de tanto luchar
aunque en algunas batallas también les dio por huir.

Luego la desesperanza se apodera del entorno
es así como se llega al final de un largo día
no me dejes de esta forma, no te vayas todavía
y no emprendas otra vez un camino sin retorno

porque hay algunas veces donde perder es ganar
y no lo digo por mí, acostumbrado a no ser
nunca aquel príncipe azul junto a la orilla del mar
con mil damas esperando el poderle conocer.

Languidece ya la tarde y los tilos, enfermizos
recogen su vestimenta, para poder descansar
tras un día como otros, hartos ya de meditar
como romper de una vez los pervertidos hechizos

que les lanzan viejas brujas cuyo aquelarre presienten
es hora ya de partir, el tren nunca se detiene
y si lo hace será porque en él, alguno viene
que hará que durante la noche las perspectivas aumenten.

Quizá no sea mañana, ni pasado, ni siquiera en primavera
puede ser que nos veamos algún día, quién lo sabe
lo intentamos, fracasamos, nos llevó la vida entera
ésa que si hay que escribirla en cuatro líneas nos cabe

el darnos cuenta que el odio era lo que nos nutría
de desdichas y de cuentos, de malos rollos, de estrías
que se pegaban al alma como lapas a las rocas
jugando a la lotería, siempre hay un día que toca

pero cuando es por amor, el juego no proporciona
satisfacción inmediata, más bien todo lo contrario
una vez me protegiste, fui un cachorro de leona
ahora da la impresión de que sea tu adversario

y te ríes de mis notas, no contestas, se las pasas
a tus amigas del alma para que rían contigo
permíteme que te diga, que en ocasiones, te pasas
no contestar los mensajes no es propio de los amigos.


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