Ayer tuve una ilusión, y fue tan sólo verte
y ya me pareció que el día era completo
te besé flojito, guardándote un respeto,
eso es lo que haré si no dejo de quererte.
Cuando los sueños ponen en su lugar a la noche
y los niños juegan con su balón a troche y moche
cuando la brisa gélida de los días de tormenta
la sensación de frescor en el ambiente aumenta
es sabido que pocos sabios comprenden la ecuación;
acuden a los tratados de gente con más conocimientos
se trata en sí, de no meter la pata, de estar contentos
porque el saber consiste básicamente en una sensación
como de fait accompli, de hecho consumado en español
un afrancesamiento útil, pero perfectamente prescindible
siempre que hablo contigo mi voz es apenas audible
me parece formar parte de un absurdo y antiguo guiñol
donde los muñecos no dicen lo que piensan ellos
sino lo que otros quieren que digan, tiranos
que los manejan a su antojo con las manos
sujetándolos del pecho, y también por el cuello.
y si el azul del cielo nos empuja a la dulzura
hagamos de este día una de ésas jornadas
en las que parece que no va a pasar nada
y luego, como una herida profunda que supura
el germen de la soledad se apoderará del espacio
aparecerá sin que nadie lo vea, ocupándolo todo
y mientras en el prado la hierba crecerá despacio
plantaremos en el jardín flores de cualquier modo.
Si salimos de ésta situación te prometo cambiar
a mejor, pues un cambio a peor es algo estúpido
volver a tenerte en mis brazos es todo lo que pido
y si un día tengo que marcharme, el poder regresar
sin ataduras de pasados rigores, ni condenas
cuya redención pasa por pedir perdón a voces
si piensas que nunca te quise, no me conoces,
pero no quiero que estés a mi lado por la pena
de no haber correspondido a mi amor como solías
cuando éramos jóvenes, y en la mañana el sol salía
por entre las nubes oscuras preñadas de aguaceros
desde entonces ya te amaba, si te he ser sincero.-
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