miércoles, 5 de noviembre de 2014

YA VA MURIENDO EL DÍA




No hablaremos de amor, bajo ninguna circunstancia
Igual que la de los demás, nuestra vida será anodina,
Al ocultarse el sol, se asomará la luna en la distancia
Y tomaremos café, y quizá algún dulce, en la cocina.

Para no vernos de nuevo envueltos en agrias discusiones
Nunca nos hablaremos en voz alta, ni tampoco diremos
Todas aquellas cosas que una vez levantaron pasiones
Guardando un silencio sepulcral, mientras comemos.

Un pájaro se posará en la ventana y al vernos tan fríos
Sin una pizca de amor entre nosotros, alzará el vuelo
Y llevará a su nido una migaja, se la dará a sus críos
Y luego mirará con nostalgia, allá a lo lejos, el suelo.

No hay nada de malo en no hablar, lo peligroso es
Decir aquello que la otra parte no querría escuchar
He comprendido, aunque tarde, lo que significa amar
Pero también he vislumbrado lo que viene después

Si tras de la tormenta siempre acaba escampando
En las discusiones de pareja nunca llega el final
Es muy posible, a veces, que se acabe llorando
Aunque a la otra parte le dará un poco igual.

Y sin recordar el amor de los primeros días
Ni el reflejo del sol sobre el lago encantado
Por donde paseábamos la estrenada alegría
Nunca jamás admitiremos el habernos amado

Sobre nuestros momentos felices, si los hubo
Pasemos de puntillas, para no estropearlos
Acerca de aquellos besos, elevados al cubo
Ni una sola palabra, y mejor ni nombrarlos.

Ya va muriendo el día y con él se marcha la verdad
De una relación abocada al fracaso, rota sin remisión
Absurda y frágilmente sostenida tras cada discusión
A sabiendas del mundo, a la vista de toda la vecindad

Y cuando el sol se ponga y escribas algo en tu diario
No seas muy dura conmigo, sabes que lo he intentado
Aunque sin conseguirlo nunca, eso es cierto y palmario
Pero al menos me queda el consuelo de haberte tratado

Como a una princesa, qué digo, como a una reina incluso
Más allá de los límites que nos marca del amor el protocolo
Sé de algunas personas, que me describirán como un iluso
Aunque mi madre tan solo admitirá que fui un poco díscolo.

El balance final si hay que hacerlo, lo dejo a tu elección
No pondré ni una coma a lo escrito, ni una sola objeción
Sólo te pido que cuando hables de mi, si me has querido
Recuerdes que en esta triste historia yo también he sufrido.-



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