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Después, y cuando se dio cuenta de la tristeza infinita de mi alma
Viendo como sin freno ni razón por mis mejillas las lágrimas fluían
Su tenue luz se encendió de una manera sutil , tal como harían
Cien dulces ángeles, con otras tantas velas, iluminando mi cama.-
Cuéntame le dije amiga mía
Si allá donde está tu casa
Ves la vida como pasa
Nos ves morir día a día
Porque yo quiero vivir allá donde no hay llanto
Donde el amor sea cierto, un cariño verdadero
Donde el dolor sólo sea un botín perecedero
Y las lágrimas no sean, del alma, negro manto.
Llévame hoy pues, a tu libre albedrío
A ése lugar donde una lágrima cayendo
Es una dulce gota de próspero rocío
Que el rictus del dolor va diluyendo.-
Porque en ésta habitación, donde cada noche sueño
Hay un lado de la cama, por el momento sin dueño
a menudo me sorprendo llamándole quedamente
para atormentada y sola despertarme bruscamente.
Esta noche es especial; quiero
Añorar su cuerpo entero
Y cuando el sueño me busque
Juntos los dos por el bosque
Levemente entrelazados
Y tiernamente abrazados
Le haré lo feliz que pueda
pues tan solo esto me queda
Prestándome a sus deseos
Que son igual que los míos
es perfecto el desvarío
es todo cuanto poseo.-
A éste hombre yo he amado
pero creo que él lo ignora
pues tan solo hace unas horas
de mi lado se ha marchado.-
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