martes, 12 de noviembre de 2013
CUANDO EL AIRE SE HAGA VIENTO
Son vientos de soledad soplando en la lejanía
aullando como los lobos cuando persiguen la presa
nada temen, nada sueñan, a nadie dan pleitesía
y casi nunca perciben la importancia de la empresa
se rigen por unas leyes cuando menos algo extrañas
surgidas, como los males, del centro de las entrañas
y cuidan de los demás cuando la vida se extingue
el blasón de su cariño es algo que los distingue
no son pioneros de nada ni nunca llegan primero
antes bien, son algo lentos y ése es su peor defecto
digamos en su descargo que nunca nadie es perfecto
aunque haya quien conduce su existencia con esmero
a pesar de lo aburrido de hacer en cada momento
lo correcto, lo legal, lo fetén, lo equivalente
a una cierta confusión provocada por la lente
negra de melancolía, cayendo sobre el cemento
de la calle recorrida por agua sucia y regueros
de líquidos tan dispares como el huevo y la castaña
puedes salir de paseo, pero no esperes senderos
de satén, donde tus pies ni se oyen, ni se dañan
antes bien te encontrarás con caminantes sinceros
diciéndote la verdad, a su nombre haciendo gala
puedes intentar parar, pero si eres buen viajero
debes evitar la forma de correr haciendo cábalas
sobre si hay otra forma de viajar o si las aves
se pasean por el cielo impulsadas por los vientos
sea cierto aquello o no, siempre están en movimiento
y la conclusión mas probable es que nadie se lo sabe
pero vuelan y son libres, al contrario que nosotros
presos de una laxitud no exenta de compromisos
de repente nos ha dado por dejar de ser sumisos
librándonos de la culpa, y culpando siempre a otros
pero allá en la lejanía como viniendo de lejos
hay una vieja ignorante sin parar de dar consejos
su reputación es mala pero rehúsa marcharse
se diría, cosa lógica, que vino para quedarse
ahora el viento en soledad mece sus ralos cabellos
y despierta, de otros tiempos, aventuras y destellos
no será muy agraciada pero piensa en los demás
y los dueños de sus recuerdos no lo olvidarán jamás.-