jueves, 28 de febrero de 2013

MI VIDA VIRA HACIA TÍ (1)





Como un náufrago que puso en una botella toda su ilusión
lanzada al agua en un postrer intento por llamar la atención
poniendo en ella la mitad de su alma, y casi toda su vida
anhelando que llegase a su destino, mohosa y deslucida

como un lobo solitario recorriendo el océano sin tregua
rodeado de nubes sin control y de montañas de agua
fiel a su barco blanco, viajando hacia lejanas latitudes
sorteando peligros, haciendo surf sobre las vicisitudes

igual que un sherpa fiel acompañando al montañero
en su terrible viaje hacia la soledad de la lejana cima
recorriendo solitarios valles, por remotos senderos
que la nieve ocultó en su caída, y evitando las simas

tapadas por el agua con su velo de hielo
finalizado ya el invierno inacabable
que atrapó varias nubes en el cielo
componiendo una melodía inolvidable

Así estoy yo sin tí, abrumado y sin fe en el porvenir
llorando a ratos la pérdida infinita de un estímulo fiel
sin llegar a saber realmente a quien me podría dirigir
para que mis lágrimas amargas, con el sabor a hiel

no dejaran un rastro de sal gruesa al recorrer mi cara
ni acabaran, yermas, estallando en el suelo acogedor
que acabará siendo refugio necesario para el perdedor
en pos de una ilusión que en decepciones se enmascara

hasta que la omnipresencia de lo efímero te deja sin opción
y termina por partirse en dos el navío en el que navegamos
por mares procelosos intentando recuperar lo que dejamos
en una vía muerta, en un jardín perdido, en un oscuro cajón

objetos olvidados y guardados sin orden ni concierto aparente
sujetos por escarpias clavadas al muro de la ira y el desdén
figuras expuestas sin tapujos a la luz de un sol incandescente
que recibe, uno a uno, a todos los viajeros, parado en el andén.

Ya no nos queda nada de aquello que fuimos y da pena
no poder volver a brindar como antaño, las copas llenas
la frente erguida, el amor en espera, y la dulce bebida
poniendo fin a la nostalgia de una esperanza compartida.

pero cuando llegue la noche y el búho que todo lo ve
emita su discordante canto, parecido a un lamento
a lomos de ese sonido habrá llegado el momento
de volver a pensar en todo lo perdido, a saber,

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