martes, 22 de enero de 2013

AÚN NO SÉ LO QUE HICIMOS DEL AMOR (2)



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y como también es posible amar sin recibir a cambio nada
y los enamorados, a veces, confunden la noche con el día
probemos a decirnos la verdad a la cara, antes de mediodía
y soltemos los reproches de repente, formando una andanada

para que luego llegue la reconciliación, en forma de universo
plagado de dulzura, de dulces melodías que emanan del éter;
siempre nos quedará el amor en forma de momento perverso
cuando te pille descuidada y tratando de quitarte el suéter

la risa nos ahogue y el llanto esté tan lejos como para olvidarlo
si es cierto que hay cielo, hace no mucho pudimos vivir en él
pero convertimos nuestra vida en una suerte de torre de Babel
y en cuanto a lo que hicimos del amor, es mejor ni nombrarlo.

Tal vez podamos,sí, volver a empezar cuando llegue el momento
uniendo nuestro afán en la cinta sin fin de los recuerdos añorados
y si no ocurriese así, espero que no haya que morir en el intento
como aquellos pioneros que salieron en pos de ese sueño dorado

que anula voluntades como quien lanza dardos al incipiente sol
que todo lo ilumina, haciendo gala de su poder sin miramientos;
ha sido tan cruel la breve historia de mi vida, que ahora lamento
no haber podido amarte con la fuerza debida, no guardar un crisol

lleno de tus abrazos, ahíto de caricias, rebosante de ternura sin fin
como esas cajas de música bien surtidas de notas y de bellos sonidos
que nos recuerdan un pasado no tan lejano, en el que hemos vivido
volando por el mundo como aves migratorias, de uno a otro confín

sin detenernos nunca a no ser que fuese para coger impulso
y así siempre adelante como si fuésemos la punta de una lanza
aprovechamos el tiempo de forma que nada nos resultara insulso
y cuando llegó el momento de equilibrar el fiel de la balanza

cada uno aportó a su platillo aquello que mas quiso y que perdió;
en mi caso el cabello, ahora ralo y escaso, frondoso hace unos años
y en el tuyo quizá la juventud perdida, la tersura de tu piel de antaño
otrora celebrada como si fuese un poco de todos, como así sucedió

aquella vez que juntos nos dio por relatar, a quien quiso escuchar
que estábamos dispuestos a cualquier sacrificio para volver a amar
sin darnos cuenta de que el primer amor no siempre es verdadero
antes bien, si puede, nunca sale a la luz, ni aguanta un mes entero

sobrevolando un nido colgado sobre un árbol, que parece vacío,
y que quizá lo esté, como lo estoy yo de un tiempo a esta parte
tal vez no me abrigué bastante y en muchas ocasiones sentí frío
pero lo que de verdad me dejó helado, fue el no poder amarte.