O quizá el tinto que nos fue servido en abundancia y sin medida
Puede ser que incluso me sobrase el chupito final de la comida
Pero lo cierto es que al despertar, miré y no estabas a mi lado
Recuerdo haber discutido un poquito contigo acerca de tu escote
De si la falda era o no corta, de si flirteabas con éste o con aquel
Acerca de lo divino y de lo humano criticando incluso ése clavel
Que con tanto amor te habías colocado, y cogiste un buen rebote
De eso sí me acuerdo, pero aquí expreso mi absoluta ignorancia
Acerca de lo que pasó después, pues fueron los vapores del vino
Que en forma de etéreas nubes de algodón rojo, llevan al desatino
Los que sacaron lo peor de mi mismo, mi machismo más rancio
Y todo lo que dije estuvo dictado por la ira y en cierto sentido
También por el desencanto producido por el hecho constatado
Que te prestaban más atención que a mi; me sentí muy herido
Y eso que en ningún momento llegaste a separarte de mi lado.
Yo no soy una persona equilibrada, hay que reconocerlo
Y arrostrar las consecuencias de mis actos, sabiendo
Que nada de lo que ahora diga podrá arreglarlo,
Y que poco importa ya si yo mismo estoy sufriendo
Porque como ya he dicho, ya no estás a mi lado
Pero debo decirte que el otro día te vi casualmente
Cuando paseaba muy cerca de tu otra casa, calado
Por el agua que caía desde el cielo intensamente.
Y así bajo la lluvia, protegido por un paraguas muy pequeño
Me sentí un poco triste, por haber llegado a esta situación
Después de tanto tiempo juntos, después de tantos años
Intentando sin pausa mantener a flote nuestra relación
Que cabeceaba como un barquito a la deriva, inmerso a medias
En un mar embravecido por el odio, henchido de reproches
Sobrellevando un conflicto que ya se originó hace unos días
Y al que la última discusión le puso punto y final y el broche.
Que cerró para siempre las puertas de ese cielo acogedor
En cuyas amplias salas se detienen alguna vez los caminantes
Hay un buen botiquín y remedios mil, que calman el dolor
Y sobre todo hay terapias de pareja para aquellos amantes
Que no fueron capaces de sobrevivir a una ración extra de cariño
Despreciando el azul del cielo, tan solo porque no era su color
Y se inventaron enemigos cercanos, en forma tal vez de desamor
Envolviendo sus deseos más íntimos en un sutil corpiño
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Hecho a medias de tela y la otra mitad de retales y retajos mil
Igual que las relaciones en las que nadie se fía del de enfrente
Complicadas y duras, cada uno bien atrincherado tras su atril
Desde el cual el debate acaba por sacar los temas más candentes
Y se habla de celos, palabra vil que no debería pronunciarse
Al menos hasta el amanecer del último día en que viviesen
Tanto los que aman sin medida, como los que acaban de verse
Y que en opinión de la gente actúan como si ya se conociesen
Aún sin tener ningún protagonismo en esta historia, reconozco
Como no podía ser menos, que en algún punto habré fallado
Y como en el fondo soy un ser humano, yerro por todos lados
Mientras suena de fondo una amable cantinela que agradezco.
En tanto que me quedo sin palabras, sin saber qué decir
Acerca del futuro que me espera, una vez que te has ido
Consultaré a las brujas, que suelen adivinar el porvenir
Dejándote de paso en una especie de desazón sumido
Desafiaré al tiempo, utilizando todos los medios a mi alcance
Para no envejecer, y me iré tiñendo los cabellos grises
Tratando de evitar en la medida de lo posible los percances
Que la vida en común te proporciona, siempre que no abuses
De la confianza otorgada por la otra persona que te adora
Y a la cual de vez en cuando dejarás fuera de onda
Y como si se tratase de una buena sesión reparadora
En la herida de su propia soledad profundizas y ahondas
Sin pararte a pensar si fue el vino blanco o el tinto los culpables
De esta situación que te supera, aunque decirlo no viene a cuento
Hoy como ayer, te has sentido tremendamente triste por momentos
Viendo que en la vida en soledad hay incidentes muy desagradables
Aunque nada comparables con los que surgen del roce diario
Entre dos personas que un día no muy lejano se quisieron
Deseándose también, y en su desesperado amor, pusieron
Las manos sobre las abiertas páginas de un antiguo breviario
Tal vez para jurarse amor eterno, o al menos para intentarlo
No siempre es fácil cumplir aquello para lo que estamos destinados
Podría poner un ejemplo, y para que todos lo entendiesen, aclararlo
Pero no voy a poner excusa alguna ahora que te has ido de mi lado
Solo por una discusión sobre tu falda, y también un poquito por celos
Moraleja:el hombre no soporta a la mujer que triunfa, aunque sea la suya
Y es por eso que en sus mejores momentos siempre le dedica alguna puya
Que la ponga en su sitio, dolorida, y con la moral arrastrando por el suelo.-
Miles de leyes y otros tantos decretos para impedir amar
Primero, a todos aquellos sujetos incapaces de sentir
Y más tarde, y sobre todo, a aquellos capaces de mentir
Con tal de conseguir de otras personas todo lo que quieren
Sin más cortapisas que su propio egoísmo, y su impudicia
Que nunca impedirá la exhibición de esos gestos que hieren
Aunque luego, y para remediarlo, te puedan hacer una caricia.
En una primera fase ni podrían amar, ni ser queridos
Los que hubiesen fracasado al menos una vez en el amor
Los que hubiesen causado a la otra persona algún dolor
O simplemente aquellos que, por la triste soledad vencidos
Se hubiesen refugiado en una relación sin fe en su resultado
Regalando, eso sí, las flores adecuadas en los días prescritos
Hablando por teléfono de una forma frecuente, y sin los gritos
Que suele oírse proferir cuando una relación se ha terminado.
Publicado el decreto convendría dar forma a los castigos
Vulgo, las penas para aplicar a los que infrinjan claramente
Alguna de estas leyes hace tiempo en vigor, correctamente
Defendidos por el abogado del amor, presentando testigos
Si a bien lo tuvieren, en uno de esos macrojuicios eternos
Que suelen empezar bien, pero que acaban tarde y mal
Y donde es muy posible que las almas se abran en canal
Y al final del proceso ya no quede espacio en los cuadernos
Ni para anotar el resultado y la sentencia inconclusa y aburrida
Se queda a solas entre los pliegues de una toga abandonada
Mientras los presentes en el juicio desfilan hacia la salida
Y al mirar tras de sí para ver si dejan algo, ya no hay nada.
Si fuese el dios del amor, que no lo soy, nadie escaparía
De una relación por la puerta de atrás, pues se le obligaría
A dar la cara siempre, a dejar al menos una nota escrita
Siquiera en una esquina del salón, sobre alguna mesita.
Es justo reconocer que son planteamientos arriesgados
Heterogéneos, que no guardan entre si ninguna relación,
Y que desde luego no pueden, ni quieren, ser la solución
A la eterna cuestión del abandono, un término marcado
Por la inútil levedad de la palabra herida que florece
Cuando nada de lo que digas resultará apropiado
Una vez que la relación que nos unía se ha cortado
Y tan solo de nuestra propia soledad seremos jueces.
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Si fuese el dios del amor, lo que en ningún caso podría soportar
Es el tedio silente de las manos dedicadas a labores
Totalmente contrarias a los usos que significa amar
Y que a mi gastado corazón tan solo le han causado sinsabores.
Que nos transporte al pasado, ése que ya no volverá jamás;
Y en el intento, después de recabar la opinión de los más cuerdos,
Nos dejamos la vida, jurando no volver a hacerlo, una vez más.
Hay veces en que la suerte nos toca por la espalda y va y se aleja
Y también instantes donde la propia solidez de nuestra fe se debilita
Pudiendo ver como la luz del padre sol, otrora luminosa, se marchita,
En el momento exacto en que la soledad y la nostalgia andan parejas
Y nos da por colocar a ambos lados del fiel de la balanza
Como si fuesen piezas elaboradas en fina porcelana
A un lado el cariño en forma de corazón sobre una peana
Y en el otro el alma atravesada por la punta de una lanza
Para ver quien de las dos se lleva el gato al agua; y despejamos
La duda existencial que ya torturó en el paraíso a Adán y Eva
Es decir, si amamos porque existimos o vivimos porque amamos
Sabiendo que es el deseo lo que hace que salgamos de la cueva.
Todo pasa y todo llega, y tanto da si estás o no bien preparado
Cualquier día la brisa, otrora bienhechora, pasará por tu lado
Y si no prestas la debida atención, se alejará de ti precisamente
Por no haber sabido llevar los asuntos del amor correctamente.
Y así andamos por la vida, sin nada que decir, sin objetivos
Tuteando al oprobio, haciendo eses por la autopista de la ira
Marcándonos tareas imposibles, ignorando al que mira
Y sobre todo sufriendo a causa del desamor, sin paliativos,
No quedará en el alma nada de lo que echar mano
Cuando el hastío provoque la desazón y el abandono
Ni tampoco habrá trompetas llamando a la alegría
Cuando vuelvas otra vez a casa, tarde como solías,
Tan sólo para cambiarte de ropa y seguir tu camino
Tan alejado al parecer del mío, con distinto destino
Con una inusitada convicción hacia el destierro
Con una mano blanda, oculta bajo guante de hierro
Con más pena que gloria, sin ninguna concesión a la esperanza
Llevando sobre ti el peso incólume del que a su amor todo lo fía
Sabiendo que en este mundo cruel todo se consigue, si porfías
Y sobre todo si te rebelas contra lo establecido, a contradanza.
Un día cualquiera arrancaré una hoja de un cuaderno olvidado
Y tomando prestado un viejo lápiz que esté bien afilado
Aprovechando el contraluz de la única ventana del salón
Aquella que desde hace mucho tiempo tiene roto el resbalón
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...///...
Y utilizando como atril una de nuestras fotos, trataré de escribir
Quien sabe si un poema o un relato en prosa, acerca de nosotros
De pasados amores, de profundos pesares, quizá de desencuentros
Mostrándome dichosa en ocasiones y en otras un poco triste por ir
Contracorriente en una relación cuyo sentido se me escapa y huye
Como evita el témpano de hielo a los rayos del sol en la mañana
O como la flor intenta huir de la escarcha que su fulgor destruye
O como la doncella quiere dejar fuera al calor bajando la persiana.
Una vez terminado el poema, por largo que este sea
Trataré de olvidar el tiempo que perdimos en amarnos
Y aunque fuese bonito, tal vez no debimos quedarnos
Al menos no para volver a prender de nuevo aquella tea
Que encendió nuestras almas como si fuesen yesca
Que inutilizó para siempre lo que era nuestro orgullo
Casi siempre consigue un pez aquel que va de pesca
Y aunque esto parezca una verdad de las de perogrullo
No es menos cierto que el amor se satisface con momentos
Muchas veces alegres pero tampoco demasiado, no vaya a ser
Que de tantas alegrías nos dé por volvernos locos de contento
Y en plena vorágine de risas, el sentido del chiste esté por ver
Y si ocurre alguna vez que ni tú ni yo lo hayamos comprendido
No debemos pensar que la inteligencia nunca estuvo a la altura
Es sólo que el dilema requería una cierta dosis de bendita cordura
Y de tanto reflexionar, los vapores del aburrimiento te han vencido.
Un día, como he dicho, arrancaré una hoja de aquel viejo cuaderno
Aquel que compré virgen y que luego abandoné una vez profanado
Y cuando el poema en verso o el cuento en prosa esté ya terminado
Y aunque lo escrito parezca a todas luces pelín ñoño, tal vez tierno
Trataré de incluir en el escrito todas las enseñanzas,
Compilando emociones como quien cuenta hazañas
Tal vez no comprobadas, que provocan las chanzas
Que suelen formar parte fundamental de la tela de araña
En la que ahora mismo estamos enredados, atrapados en la seda
Esculpida por el arácnido que vive en soledad, buscada arteramente
Y se alimenta de otros insectos que vuelan de una forma inconsciente
Y cuyos cuerpos, como si fuesen de papel, bien atrapados quedan
Hasta que el dedo pulgar del dios de los destinos apunta hacia abajo
Y viene la araña y de una forma muy profesional acaba su trabajo
Quedando en el aire lo que de una vida efímera sería el colofón
Y el veneno sin cura acaba por paralizar del todo el corazón.
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No conozco a la araña, pero he podido sentir como el veneno
A través de mi piel llegaba a las entrañas, y una vez adentro
Ha destruido todo lo que en mi interior hubo una vez de bueno
Impidiéndome así, ahora para siempre, el salir a tu encuentro.
Sean alfombra herida por las suaves pisadas de los caminantes
Pasearemos juntos cogidos de la mano por la amplia avenida
En la que una vez, un frío día de mitad de enero, te acercaste
Llevando en tu mano un ajado mapa, tal vez de una ciudad
Preguntándome cual era el autobús que te llevaba al centro
Y yo, sin duda herido por la flecha de Cupido, muy adentro
Te dejé marchar, tras de una leve explicación, y la verdad
Es que me quedé prendado de tu risa, contagiosa y feliz
Como lo son los cantos de los ángeles que tocan a rebato
Y cuando el sol se retira a su cueva, al menos por un rato
Tienes la posibilidad, aunque pequeña, de un leve desliz
Y te da por cantar al amor, con voces desabridas, capaces
De despertar a la gente que cree estar dentro de una pesadilla
Tal vez te tiren cosas, pero si estas seguro de aquello que haces
No te importará ser, del resto de la vecindad, la comidilla.
Como poco dirán que estás loco, que ni siquiera el amor
Justifica una canción tan alocada, pero en tu fuero interno
Comprenderás que amar es mucho más fácil en invierno
Cuando el frío se apodera de las almas y produce un dolor
Tan sólo equiparable al que se siente cuando algo se pierde
Y en el vacío que deja en nuestra vida, nos da por colocar
Objetos como la figura de un perrito que parece que muerde
Aún sabiendo que cada vez que lo veamos nos dará por llorar.
Yo sé que te perdí y aunque aún no he colocado ninguna figurita
También dentro de mí me ha dado por pensar en lo que fuimos
Las cosas que nos dijimos en su día, los besos que nos dimos
Y el haberte dejado marchar, así sin más, es algo que me irrita
Sobre todo al saber que has rehecho tu vida y que era verdad
Que ése día en el que me enfadé contigo estabas trabajando
No te creí y lo siento, porque ahora mismo, en plena soledad
Me ha dado por pensar que mi vida de donjuán se esta acabando
Y que tal vez eras mi última oportunidad antes de que el olvido
Acabe por borrar de mi memoria todos nuestros recuerdos
Y aunque a ambos nos dé por recordar, estaremos de acuerdo
En que no sirve de mucho la nostalgia, ahora que te has ido.
Una carta no expresa de verdad lo que uno siente ni una poesía
Te sirve, eso sí, de consuelo cuando el amor atraviesa el pasaje
Que da la oscuridad, al tedio, a la soledad y a la mañana fría
Aunque en forma de lágrimas es preciso que pague algún peaje.
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Hay instaladas unas carpas muy grandes, capaces de albergar
A todos aquellos seres que viven la misma vida, de igual modo
Porque no tienen amigos, y quizá por ello, son incapaces de amar.
Hace tiempo que llevo viviendo en una de esas carpas, rumiando
Como si fuese un caballo comiendo una corteza de abedul, mi pasado;
Pero saldré algún día y en el helado lago que puede atravesarse caminando
Escribiré con letras grandes sobre el hielo “no sé porqué no estás a mi lado”
Lo escrito durará hasta la primavera siguiente, cuando el hielo se funda
Y el agua azul lo invada todo, hasta los corazones más impermeables
Bien protegidos por varias capas de cariño, aunque a veces se confunda
Con ropas más holgadas, más ricas y costosas y también más deseables
No sé yo si tú has vivido en ese entorno, aunque espero que no sea así
Porque ya fuimos vecinos en las hermosas villas donde el amor habita
Un día me fui de mi morada, sin dejar nuevas señas, un poco porque sí
Y desde entonces las penas, en forma de pesares, por mi mente gravitan.
Nunca he llegado a saber si te gustaba el sitio, que sin duda prometía
Buenos momentos cuando tú y yo aún estábamos juntos por derecho
Ignoro si la vida te ha llevado a encontrar otros amores, otros lechos
Pero en todo caso, si así fuese, y por lo que sentí por ti, me alegraría
De que fueses feliz, y aún no siéndolo, de corazón espero que lo intentes
Porque se puede amar y no ser por ello desdichado, pero sensu contrario
Es más fácil sufrir cuando nadie te quiere y no hay fondo de armario
Para cambiar de traje, ni hay ninguna forma de aplicar paños calientes
O por mejor decirlo, remedios de manual, para cuando el pasado
Se aleja raudo y veloz por los procelosos caminos del olvido
Ese sendero por el que nuestros recuerdos habrían caminado
Para volver veloces, sin ninguna atadura, de nuevo a nuestro lado.
Deseo lo mejor para ti y si para ello fuese necesario que me olvides
No dudes ni un instante en hacerlo, no merezco tu amor ni tu esperanza
En un futuro incierto donde se tiende a hacer lo que el cuerpo te pide
Y donde es incluso posible, si las cosas van mal, perder la confianza.
Puede que te perdiera, o bien puede ser que nunca te hayas ido
Y aún no sé muy bien si por mi parte puedo aspirar a tu regreso
Cuando lo sepa te lo haré saber, pero si algún lejano día yo te pido
Que vuelvas a mi lado, en una simple carta, mira si en el anverso
De la misma están claras las señas del sitio exacto al que debes regresar
No vaya ser que acabes en el mismo lugar en que nos despedimos
Una de esas carpas oscuras y lejanas donde seguir amando no pudimos
Y en cuya puerta reza, en un viejo letrero, “HOY SE PROHIBE AMAR”.-
