viernes, 30 de noviembre de 2012
NO ES QUE QUIERA HABLAR DE CELOS (2)
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Hecho a medias de tela y la otra mitad de retales y retajos mil
Igual que las relaciones en las que nadie se fía del de enfrente
Complicadas y duras, cada uno bien atrincherado tras su atril
Desde el cual el debate acaba por sacar los temas más candentes
Y se habla de celos, palabra vil que no debería pronunciarse
Al menos hasta el amanecer del último día en que viviesen
Tanto los que aman sin medida, como los que acaban de verse
Y que en opinión de la gente actúan como si ya se conociesen
Aún sin tener ningún protagonismo en esta historia, reconozco
Como no podía ser menos, que en algún punto habré fallado
Y como en el fondo soy un ser humano, yerro por todos lados
Mientras suena de fondo una amable cantinela que agradezco.
En tanto que me quedo sin palabras, sin saber qué decir
Acerca del futuro que me espera, una vez que te has ido
Consultaré a las brujas, que suelen adivinar el porvenir
Dejándote de paso en una especie de desazón sumido
Desafiaré al tiempo, utilizando todos los medios a mi alcance
Para no envejecer, y me iré tiñendo los cabellos grises
Tratando de evitar en la medida de lo posible los percances
Que la vida en común te proporciona, siempre que no abuses
De la confianza otorgada por la otra persona que te adora
Y a la cual de vez en cuando dejarás fuera de onda
Y como si se tratase de una buena sesión reparadora
En la herida de su propia soledad profundizas y ahondas
Sin pararte a pensar si fue el vino blanco o el tinto los culpables
De esta situación que te supera, aunque decirlo no viene a cuento
Hoy como ayer, te has sentido tremendamente triste por momentos
Viendo que en la vida en soledad hay incidentes muy desagradables
Aunque nada comparables con los que surgen del roce diario
Entre dos personas que un día no muy lejano se quisieron
Deseándose también, y en su desesperado amor, pusieron
Las manos sobre las abiertas páginas de un antiguo breviario
Tal vez para jurarse amor eterno, o al menos para intentarlo
No siempre es fácil cumplir aquello para lo que estamos destinados
Podría poner un ejemplo, y para que todos lo entendiesen, aclararlo
Pero no voy a poner excusa alguna ahora que te has ido de mi lado
Solo por una discusión sobre tu falda, y también un poquito por celos
Moraleja:el hombre no soporta a la mujer que triunfa, aunque sea la suya
Y es por eso que en sus mejores momentos siempre le dedica alguna puya
Que la ponga en su sitio, dolorida, y con la moral arrastrando por el suelo.-