lunes, 10 de marzo de 2008

DONDE ANIDA LA PAZ Y AÑORA EL VIENTO


Tu nombre... , resuena en mi cabeza todavía
como el eco incontestable de una dulce melodía

tu sonrisa a la par que serena ilumina mi alma

impide con su presencia que se rompa mi calma


Sueño con tus ojos que me miran profundos

noche y día, desde el aura infinita de tu vida

tus labios hicieron que aquella tarde vivida

fuese lo mejor que me ha pasado en este mundo


Sueño con estar en tus brazos tanto tiempo cuanto

pueda soportar sin dolor mi infinito deseo de tenerte

y solo a ti mi amor, te digo “me muero por quererte”

y me gustaría que nunca más apareciese el llanto.-


Triste de mi, me quede sin una parte de la vida
en la que nunca pensé que sufriría

en la que había soñado cada día
en aquella que me mostré más atrevida


No me importa el lenguaje, ni tampoco saber
que existe ahora un muro entre nosotros
pues en la vida solo he querido conocer

a un hombre que destacase entre los otros.


Hay cosas que no puedo decir, pero que quiero

decirte algún día si la vida, cruel hasta lo infinito

no me impide contarte que en mi vida, lo bonito

ha sido de alguna forma tener siempre por sincero


Todo aquello que me han dicho y me ha gustado

los sinceros requiebros de un hombre enamorado
la infinita paz de una tarde entre tus brazos
los besos y las risas, tus caricias y abrazos


Y sobre todo la forma tan elegante de decirme

que era para ti algo único, eterno e importante
aunque también es cierto que al mentirme

se rompió un poco la magia del instante.-

Quizá no importa mucho, pero nada

va a evitar que piense, que en la vida

de nada vale haber sido querida

sin haber sido también – y a la vez- amada.-

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