jueves, 30 de noviembre de 2017

ENTRE CARTAS NO ESCRITAS






El tibio sol se aleja de nosotros, como sintiendo miedo
de interrumpir una escena largamente ensayada, hecha
a medias de continuas despedidas, de retornos sin fecha
y el amor da la impresión de ser un quiero y no puedo.

Larga es la letanía en la iglesia, el cura habla de dios
como si fuese alguien cercano, como de un hermano
y en el laberinto de columnas sin fin, mano con mano
pues ninguno creemos en la religión como remedio,

tratamos de pasar desapercibidos, algo que no es sencillo
en este mundo donde cada paso que das se televisa
cada momento es radiado por alguna emisora y se divisa
cualquier encuentro de la gente que integra este mundillo.

Quizá no te haya besado en público y me guarde los besos
para momentos íntimos, precisos, donde nadie nos vea;
sé que para tí sería mejor la opción primera, pero no creas
que estoy fuera del mundo, aunque sólo haga versos.

De nuestra antigua relación guardo una foto en sepia
cartas de amor no, porque nunca escribimos, al menos
yo no recuerdo haberlo hecho, o guardaría una copia
de unas pocas líneas de amor, hechas sobre el terreno.

Por lo que sé de mí, no creo que fuesen muy ardientes
antes bien, serían prolijas, almibaradas incluso, misivas
cuyo único fin sería conquistarte, afiladas como dientes
y con la dirección seguramente escrita con letras en cursiva.

Las tuyas imagino que serenas, como han sido siempre
y ya que dabas las gracias por sistema, llenas de gratitud,
más cálidas en medio del verano, que llegado Septiembre
con sello y en sobres de avión, de un blanco inmaculado.

Así pasó la vida, entre cartas no escritas y besos no dados
y el pelo se nos volvió blanco de tanto darle vueltas
a una situación que claramente pudo ser de otro modo
tal vez mucho mejor, quizá peor, pero las hojas sueltas

del viejo calendario, no dejaron ni un momento de caer
y así nos plantamos en plena madurez, tras haber conocido
el placer verdadero, ése que nunca pasa ni queda en el olvido
y cuya diminuta estela con el cielo en silencio acabarás por ver.

Si se trata de amor, siempre es a través de cartas, no lo ignoro
nadie te escribe nunca para decirte "te odio", o algo similar
cuesta menos pergeñar unas letras que actuar con decoro
al fin y al cabo a éste j...... mundo, se viene para amar.


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