jueves, 30 de noviembre de 2017
AUNQUE SEA DE LEJOS
Ojalá pudiese verte cada día
y no alguna vez, de uvas a peras
o en verano, creo que eso sería,
lo correcto para amansar la fiera
que todo aquel amante lleva dentro
y que le hace correr por la sabana
en días claros, y siempre por el centro
de caminos que no tienen mediana.
Supongo que es pedir mucho, lo sé
porque de esta boquita sólo salen
peticiones, incluso para San José,
cuyos milagros nadie sabe si valen.
En todo caso, el órdago está ahí
quiero amarte, aunque sea de lejos
y si no consigo hacerlo desde aquí
esperaré, y al ser mucho más viejo
más sabio y experimentado, lograré
lo que nunca de joven conseguía
es decir, que tú me amases cada día
y que yo pudiera prepararte el té
de las cinco, como hacen los ingleses
buen pueblo, si no fuese por la niebla;
me gustaría ser inglés, y si no pudiese
serlo, y notase como la tierra tiembla
cada vez que te me acercas, o te veo,
entonaría el mea culpa muy despacio
leyéndolo en voz alta, como un tebeo,
procurando no ocupar el mismo espacio
que ocupa ahora tu mirada encantadora
a veces fría y quién sabe si calculadora
pero para mí el mejor de los remedios
cuando el sol, abandonando estos predios
se dirige hacia la triste luna y la conquista
con frases dignas del mejor de los amantes
algunas de ellas dichas en tono petulante
pero siempre dejando tras de sí alguna pista.
Ojalá que pudiese verte, al menos otra vez
no dejaría que te fueses antes de amanecer
y si por alguna razón nunca más te puedo ver
te diré que siempre serás mi agua, y yo tu pez.
...///...
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