Ahora puedes volver a tu vida de antes
la de los hombres vestidos de etiqueta
mujeres que nunca se quitan la careta,
con lujosas perlas, sombreros y guantes
pieles vestidas con pieles de animales,
excéntricos viajes, y sobre todo vinos
cuyo sabor, se intuye, que es divino,
y lo más lejos posible de los arrabales.
Sólo quise tener la oportunidad de amar
y únicamente te puse como condición,
no tener que arrepentirme nunca, ni llorar
así que empleaste tus armas de seducción
y de repente fui un muñeco de guiñol
manejado por manos infinitas y blancas
moviéndose entre finos hilos y palancas
sin futuro, y vacío como un brindis al sol.
Por mi parte me iré a ese lugar del mundo
donde el mar, no sea nunca muy profundo,
me dedicaré a pescar y sobre todo a ser
lo que un día fui, mucho antes de conocer
el amor en su parte oscura y peligrosa
en manos de una mujer harto ambiciosa
qué bonito sería, sin caer en tus manos,
estar siempre en tus brazos, tan humanos,
como fingían ser al principio, para luego
tornar, de un puzzle difícil, en piezas frías
poco dadas a encomiendas, sin alegrías
con, eso sí, tu nombre grabado a fuego.
Te deseo, eso sí, y aún te añoro a ratos,
también en la cama me haces falta, pero
buscando entre la basura, con esmero
he visitado un mundo de amores baratos
donde hay que pagar, es cierto, pero nunca
te romperán el corazón en mil pedazos,
aunque tampoco lo pasarán por el cedazo
que entre sus agujeros la triste vida trunca
de aquellos que pusieron su vida en manos,
como yo hice, del albedrío de la bella mujer
hoy quisiera morir, o mejor, ser tu hermano
pues de esta manera, aún te podría querer.-
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