HAY QUIEN CREE EN LA PASIÓN

Oigo al viento resoplar contra la vieja ventana
y los ecos de las hojas cayendo en el frío suelo
veo las penas pasar, por delante, sin consuelo
espero que algo mejor me suceda en la mañana.

Hoy es viernes y con él, la semana está finita
hay un poco de nostalgia de tantos días pasados
tiernamente en el sofá del comedor, abrazados
viendo la tele y comiendo de ese bol de palomitas.

Hay quien cree en la pasión, y otros en el dinero,
así, cuando ya se tiene, solo hay que conservarlo,
me pasó con el amor, al menos con el primero
sólo quise entretenerlo, cuando debía cuidarlo

luego un día me encontré sin cariño y sin futuro
en una especie de limbo, donde no estaba a gusto
cuando quise darme cuenta, casi no tenía un duro
una vez que te perdí, me llevé un buen disgusto.

las vecinas del tercero tratando de consolarme
me hicieron unos pasteles que acogí sin interés
quizá porque con aquello trataban de sonsacarme
tal vez por haber llamado al timbre sobre las tres

hora sagrada de siesta y de sueños incumplidos
de visitas muy escasas, por mor de lo relatado
si las recibí en pijama les está bien empleado
aunque creo que pensaron que era un degenerado.

La nostalgia de tus besos se une a la decepción
de tantos días pasados a solas en nuestra casa
el tiempo, con gran sigilo, circula como ladrón,
por el hall de la tristeza, donde la luz es escasa.

Hoy no quisiera perderme en vanas expectativas
y escribir muy parcamente sobre amor y desengaño
de tu partida va a hacer dentro de muy poco un año
mis recuerdos están llenos de ideas muy negativas

pero si llegase el día de verte, siquiera un rato
con las luces de neón iluminando tu silueta
si veo que aún conservas aquella vieja maleta
deseando que tu viaje te haya salido barato

me dará por abrazarte que es lo que antes hacía
cuando ninguna palabra te podía consolar
no fuimos nunca, lo sé, un dechado de alegrías
pero en amor estuvimos casi a punto de triunfar.



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