martes, 24 de noviembre de 2015
COMO SI FUESE UN LOCO
Recuerdo un día gris de un Noviembre agitado
por envites del viento, y de nieve cubierto
y aún revive el miedo en mi cuerpo angustiado
por tu segura ausencia, y mi futuro incierto.
De todas las maneras, he de salir de ésta
con heridas profundas, espero que curables,
y también con orgullo y la esperanza cierta
de saber que ninguno hemos sido culpables.
Tal vez otra mañana, de cualquier otro día
cuando la poesía se adueñe del presente
y quede en las cortinas un olor diferente
a aquel que compartimos, y que tú elegías,
descubriré gozoso que me sigues amando
cantaré por las calles, como si fuese un loco
iré hasta donde llegue la luz de cualquier foco
andaré vigilante, por si me estás llamando;
Y quizá simplemente me dé por esperarte
al amparo de un risco en medio de la nada
te veré allá a lo lejos, bailando en la explanada
esperaré un momento, y sin dejar de amarte
escribiré un poema sobre la humilde roca
cuyos años se cuentan por docenas de miles
aún regresaré a tiempo, para besar tu boca
y espero que mi ansia, con paciencia asimiles.
Pero ya no regresarán las lluvias este año,
ni sus gotas plomizas te harán sentirte mal
haremos que su fuerza no nos produzca daño
rezaré porque el viento no sea un vendaval
y al pairo de un amor, que ambos entendemos
como un brindis al sol, sin nada de aguardiente
quizá hablemos de amor, en medio de la gente
tal vez se nos escape que ambos nos queremos.
Más si no fuese así y el céfiro, furioso
por no poder seguir soplando silencioso
trata de convertir cualquier nao en historia
mientras deja entrever jirones de memoria
nos arrolla y nos guía hacia un futuro incierto
a mitad de camino entre el suelo y el cielo,
podemos recoger el fruto del amor, en un huerto
cuya riego son lágrimas de puro desconsuelo.-
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