sábado, 8 de diciembre de 2012

ESOS DÍAS QUE SE HAN IDO (2)




Que nadie en este mundo las quiere difundir y en el olvido
Absoluto y total se desenvuelven, igual que no hay apuntes
De aquellos ratos que pasaste con él, son días que se han ido
Y lamentablemente ya no volverán, aunque a veces se junten

El cielo con la tierra, la luna con el sol, el aceite y el agua
Y todo el que tenga algo en las manos, aunque sea valioso
Intentará cambiar aquel pasado gris por un presente hermoso
Surcando el mar de los deseos en un barco en forma de piragua

De proas aceradas y popas en declive, comidas por la sal
Velas encanecidas por el paso del viento y los rayos del sol
Cubierta limpia a base de frotar y en el puente de mando
Un verdadero capitán pirata, su turbia faz apenas asomando

Que forma parte de un sueño recurrente, un sopor no buscado
Como no lo será el destino que los hados te tienen reservado
Para cuando regreses de ese viaje, un poco largo y sin duda pesado
Entre dos continentes un poco alejados entre sí, por seres habitados

En exceso atrevidos y tal vez ignorantes, pero a fuer de sinceros
Van a decirte aquello que en otros mundos estaría prohibido:
Que deberías guiar lo que te queda de vida por otros derroteros
Porque el hombre al que amabas con tanta devoción, se ha ido

Y en la distancia que marca el desdén, nos encontramos juntos
A una pareja de novios observando el porvenir en su conjunto
Con la moral por los suelos, pero con la certeza de su amor
Aunque el futuro que les espera a ambos, les produzca temor.

Pero ya está bien de divagar, sigamos en el momento exacto
En el que comprendiste que la vida sin él carece de alicientes
Deberías buscar en el viejo desván, dos velas aún calientes
Y sobre la mancha de la cera que destilan elaborar un pacto

Por el cual le querrás, aunque esté tan lejos como ahora
Y cuando la muchedumbre oculte su presencia y su olor
Verás que, por mucho que intentes escribirle a deshora
Su ausencia, trocada en abandono, se convierte en dolor

Insoportable como la cárcel para el hombre libre y sano
Inútil como el sermón diario para el que no va a misa
Siempre te quedará, empero, la posibilidad de una sonrisa
Y en todo caso al futuro, una vez más, le tenderás la mano

Para que la próxima vez que te ame alguien, aunque sea poquito
No te entregues a fondo, no vayas por ahí con tu alma al descubierto
Y así, y aunque este último pensamiento, podría no ser del todo cierto
Nadie conseguirá aplastarte nunca más, como a un vulgar mosquito.-

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