sábado, 8 de diciembre de 2012
ESOS DÍAS QUE SE HAN IDO (1)
A quién puede extrañarle que ahora que por fin estas solita
Entres y salgas de casa, cuando te dé la gana, fumes en el salón
Pongas la lavadora a destiempo, vayas a la compra en camisón
Y dejes morir de pena,en un viejo jarrón,dos flores ya marchitas
Hubo un tiempo quizá no tan lejano, en el que te vestías
De etiqueta cada vez que llegaba el hombre al que querías
Por encima de todas las vicisitudes de la vida, tan sombrías
Siempre había para él una palabra amable y tu alegría
Nunca era fingida, aunque por dentro a veces la pena te envolviese
Nadando por tu alma líquida, llegando a tu corazón en un barquito
Desarbolado por la tormenta de celos, que amainaba un ratito
En cuanto él te decía una palabra cariñosa, enseguida que vieses
Que había tenido contigo algún detalle, no dejando el abrigo
En cualquier parte, como solía hacer, abrazándote entera
Para que no notases el frío de la calle, sonriendo contigo
Cuando contaba lo mal que lo había pasado, ahí afuera
Esos fueron buenos tiempos, para qué negarlo,
Nada que ver con lo que pasa ahora en tu interior
Siempre dudando acerca de si fue mejor dejarlo
O si una vez que lo abandonaste todo te fue peor
Ni que decir tiene que la duda es una asignatura decisiva
En el manual que te enseña a sobrevivir a los desastres
Vacilas un poco al principio, tomas medidas, como un sastre
Y cuando darte cuenta quieres ya nada en la vida te motiva
Excepto quizá algunos logros que nunca consideramos importantes
Como son el tratar de mantener la calma, cuando a nuestro alrededor
Mirando atónita como el mundo se desploma, la calle es un clamor
Deseando volver, como siempre un poco tarde, a lo que eran antes
Y hay una orgía de silencios que se entremezcla con incienso
Perfumes varios que podrían hacer que perdieses la cabeza
Si no fuese porque nada ni nadie te perturba; hay consenso
Sobre lo que hace muy poco no podía considerarse una certeza
A saber: las penas son más difíciles de soportar a solas
Los logros saben mejor si estás en una buena compañía
Los pájaros que trinan, formando entre sí una algarabía
Nunca compiten con el viento que adormece las olas
So pena de resultar derrotados en su penoso intento
De quedarse en la tierra para luego desplegar sus alas
Que son como el timón que hace girar el barco a sotavento
Sin pararse a pensar en las noticias, ya de por sí tan malas
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