Si pude hacer algo más para que no te fueses
Como no verme siempre empapada en llanto
Ni enfadada y hostil cada vez que vinieses.
Me quedará el consuelo de saber de ti, de vez en cuando
Mediante algún mensaje enviado a través de terceros
Sobre este particular, a mi propio dios estoy rogando
Que al menos por una vez, si me escribes, seas sincero
Y así no me quedará el regusto amargo de la soledad
Entendida como una forma inútil de curioso letargo
Por una vez en la vida sentiré que he valido para algo
Si he hecho que de tus labios fríos, aflore la verdad.
Me he quedado de piedra al ver tu nota en la mesilla
Unas simples palabras escritas con algo de premura
Con esa caligrafía toda igual, que denota cordura
Tan sólo rota por un beso a contraluz, en mi mejilla.
Me queda la esperanza de verte algún día en cualquier parte
De este mundo que ambos compartimos, ahora sin amarnos
Olvidado rincón, atestado de gente, sólo presta a mirarnos
Mientras yo trataré, sin que llegue a lograrlo, de olvidarte.
Me queda la conciencia tranquila, la mirada feliz, la calma
chicha que precede a la tormenta más feroz y más oscura
Después de haber logrado, para mi afligido corazón la cura
Y tras de haber sido infeliz, pero sin haber vendido el alma.-
Y puede que me queden aún un par de cosas por hacer
Es posible que haya dejado para el final algo importante
Puede ser que la vida me de la oportunidad de deshacer
Aquella tela que con tanto amor, tejía en cada instante
En los que ya no me quedaba ni la fuerza suficiente
Para arrostrar en soledad el devenir de una existencia
Toda llena de grises, gracias en parte a la inconsciencia
Que me facilitó la simple idea de no hacer caso a la gente.
Ya casi no me queda tiempo para escribir, y debo terminar
Haciendo referencia a las palabras que un día de Abril dijiste
“Espero que en esta vida o en la otra nunca se nos impida amar”
Y yo esperaba lo mismo, al menos hasta el día en que te fuiste.
Me quedan los recuerdos, que son sólo míos y siempre lo serán
Resultantes de momentos sin vida, de búsquedas a ciegas y sin tino
Me quedo sola en mi pequeño reino, surcado por cientos de caminos
Con la certeza de que cuando termine este poema, tu ya no estarás.-
SIGUE....
Y ya no me quedará la ilusión de esperarte cada tarde, en la ventana
Desde la cual se ve la luna, si no miras en la dirección equivocada
Desde la que la luz del viejo neón ilumina tus pasos sobre la calzada
Y se puede aspirar el perfume de las flores que de nuestro jardín emana
No tendré el beneficio de la duda, sino tal vez tan solo la certeza
De que el sol, aunque yo no lo vea, seguirá saliendo en la mañana
Iluminando el trigo que crece a sus anchas en la inmensa sabana
Ocultando las sombras, que de otro modo me llenarían de tristeza.
Ni tampoco tendré el valor de pedirte que te quedes, algo improbable
En un mundo sin fe en el que todos los hombres tienen algún destino
Puede que el tuyo sea infinito, y puede ser que incluso sea agradable
Y en cuanto al mío, he de procurar tan sólo no cometer un desatino
Y aunque nunca me quede del reencuentro la esperanza cierta
Ni tampoco la nostalgia de la separación, hace tiempo asumida
Déjame que me arregle, a expensas de que me digan presumida
Para esperarte a ti, que llegarás, tal vez sin avisar, hasta mi puerta
No creo que me queden lágrimas para verter, pero puedo jurarte
Que nunca volveré a sonreír, si no consigo que esta vez te quedes
Ya ves que estoy aquí, porque te quiero, y por ello puedo asegurarte
Que mi amor, de un alto sentimiento y de un bello corazón, procede
Puesto que no me queda mucho más que decir, debo ir terminando
Ya conozco mi lugar en esta vida, que siempre empieza llorando
Ya las penas me inundan y el dolor me cubre como un ligero velo
Para el que no encuentro cura, ni paliativo alguno, ni el consuelo
Que me quedaba antaño cuando tú te marchabas cohibido
Mientras yo me quedaba en la puerta con mirada sumisa
Y me dabas un beso mientras te ibas ajustando la camisa
En tanto que esperaba que hicieses algo, siquiera prohibido
Tal vez para no quedarme nadando entre dos aguas, flotando
En ese lago azul en el que todos los peces se visten de colores
El cual, con un poco de fe, puedes decir que lo cruzaste andando
Comiendo frutas que inundaron tu sentido del gusto, de sabores
Y dejar a la gente un poco sorprendida al oír nuestra historia
Ni más extraña, ni más larga que la de muchas otras gentes
Que no supieron siquiera dar color a lo que venía a su memoria
Ni tampoco pudieron acudir para saber más, a alguna de las fuentes
Con las que nos quedamos al partir, una vez concluido el recuento
Y firmado el acuerdo que pone fin a unos años de vida en compañía
Puede que todo lo anterior, como muchas otras veces, te suene a cuento
Pero a partir de ahora, el estar sola, no despertará en mí ninguna simpatía.
Y el llanto amargo que surge a veces de la nada fuese suficiente
Por si sólo para poner punto y final a los problemas, mi opinión
Seguiría siendo contraria a llorar, al menos de una forma evidente
Pues nada hay tan triste como ver caer esas gotas de agua, por la cara
En forma de serpiente húmeda que recorre la mejilla y busca el suelo
Donde el eco humedecido le trae la desgarrada voz del desconsuelo
Mientras se forman charcos de tristeza a uno o ambos lados de la acera.
Si hay que llorar, se llora alegremente, para que nadie sepa que estás triste
Lo mismo que si hay que reír no se ríe abiertamente, y tan sólo se muestra
Una sonrisa que no ofende, una mueca intranscendente, una obra maestra
Que nunca dejará que nadie a tu alrededor, sepan lo que de verdad sufriste.
Lo cierto es que llegados al punto de destino, a veces nos da por saludar
A los amigos o la familia que ha llegado a buscarnos, con un beso
Y aún antes de que sean capaces de coger el equipaje y librarnos del peso
Muchos de ellos, yo diría casi todos, se ponen al unísono a llorar
Y uno no sabe si es por la ausencia, o será tal vez porque has llegado
Se atropellan las palabras en la boca mientras el tren se aleja del andén
Se busca entre la gente el compañero de asiento, el que estuvo a tu lado
Todo el viaje, y charlando con el cual te emocionaste, y reíste también
Y observas que él mismo está con su familia y entre todos hacen piña
Se abraza su mujer a él, lo mira con desdén su suegra, mientras una niña
Se agarra de su brazo reclamando su regalo, tal vez tan sólo una muñeca
Y al ver que no es la que quería la pequeña no puede evitar alguna mueca
Y acto seguido, como impulsada por un resorte oculto, va y se pone a llorar,
Se olvida del pasado inmediato preguntando a su madre por el padre ausente
Se pasa la salida, absorta en su propio y eterno sufrimiento, incapaz de parar
Pensando tan sólo en su regalo, como si su padre no hubiese venido realmente
Y ya no hubiese tiempo para buscar en unos grandes almacenes un objeto bonito
Que le compense de forma suficiente de la ausencia debida a las múltiples tareas
Que se imponen las personas mayores, y que suelen ser un poco como las mareas
Que aún lejos de la orilla, vienen rápido para mojar tus pies y provocar un grito
Por la frialdad del agua que sumerge una parte de tu cuerpo en un trocito de mar
Con una sensación de frío que nunca te abandona hasta que sale el sol definitivamente
Para recorrer tu cuerpo, embadurnado de crema y tumbado sobre la arena bien caliente
Hasta el punto en el que llegas a creer que si sigues bajo el sol puedes llegarte a asar.
Las lágrimas de la niña no son la consecuencia del desdén de su padre,sino la fantasía
Evidente del que espera algo que puede ser que nunca se consiga, como esos deseos
A veces colocados a la misma altura que los sueños,tan sólo para despertar al otro día
Sin nada que decir, tal y como me pasa a mí cuando hace un tiempo ya, que no te veo.-
......SIGUE
Y me surge la duda entre ir a esperarte en la estación y llorar por la distancia
O esperarte en casa preparando café, limpiando los rincones a conciencia
Sabiendo que nada estará del todo bien cuando llegues, pero siendo consciente
De que tampoco tu alma esta limpia del todo, sobre todo últimamente
Pues te he visto llorar mientras pensabas que dormía,
Aferrado a la foto de una mujer en la penumbra fría
Tal vez era tu jefa, y aunque realmente yo lo dudaría
Eso ha sido suficiente para acabar con toda la alegría
Que bien pudiera proporcionarme tu llegada inminente y segura
Tras un tiempo sin ti, a solas en la casa que ha tiempo compartimos
Hablando sola, llorando de forma intermitente, bajo la dictadura
Del run-run de aquellas frases que a veces por rutina nos dijimos
Añorando los sueños en forma de misterios que a veces compartimos
Tan solo para despertar a mediodía un poco más vencidos
Un pelín más afables, humanos, e incluso convencidos
De que la vida a veces nos ha dado un tanto menos de lo que merecimos.
Cuando surge la duda entre llorar o no hacerlo, yo siempre me decanto
Por pararme frente al espejo del salón, ése que te refleja por entero
Alejarme para que no se vean las canas, atusarme el pelo con esmero
Y sobre todo evitar pensar en ti, porque con tu recuerdo llega el llanto.
Y como ya se ha dicho, las lágrimas nunca arreglan nada que se ha roto
Si rompes a llorar es sólo de impotencia, no porque estés convencida
De que cualquier entuerto se arreglará llorando, y los viajes ignotos
Seguirán siendo un punto de inflexión, una parte importante de su vida.
Siempre es mejor reír, pero si no encontrases motivos de alegría
Al menos no dejes que la tristeza te convenza para seguir sus pasos
Antes bien, arréglate la cara y ponte tu mejor traje y algo de pedrería
Y arranca del libro de tu vida todas las páginas que hablen del fracaso.
Substituye la imagen de aquella mujer tan bella por una foto tuya
Quédate para ti ese bonito regalo que él compró para ella
Al fin y al cabo lo mereces igualmente, y que esa acción incluya
Del champán que pensaban compartir, descorchar la botella
Y beber un largo trago de esa bebida francesa tan espirituosa
Y una vez un poquito achispada, te dará por reír a carcajadas
Y sentada sobre la silla tapizada de azul, a horcajadas
Si te lo propones, la vida te pueda parecer hasta graciosa.
Si me hicieses caso no deberías de llorar, ni siquiera en las peores situaciones
Ni tampoco sufrir por los ausentes, son los que están aquí los que nos dan
Problemas reales en forma de ausencias prolongadas, porque vienen y van
Y cuando la distancia alcanzada es suficiente, acaba por dinamitar los corazones.-
Tantas veces aplazado, sine die, y que al fin ha llegado
Y que los dioses que otorgan, para ser felices, los pasajes
En esta ocasión concreta de ti también se hayan acordado.
No dejarás de pensar en mí, mientras vas disfrutando
De paisajes distintos del que sueles ver por tu ventana
Cada vez que abres las cortinas del salón por la mañana
Y te preguntas qué ropa debes de ponerte, si está nevando.
En todas las ocasiones en las que nos ponemos en camino
Nos quedará la duda de si estamos haciendo lo correcto
Puede que a veces nos hayamos equivocado, eso es cierto
Pero siempre hemos hallado la manera de llegar a destino.
La vida es un sendero sin retorno por el que hay que caminar
Sin más equipaje que los sueños que surgirán en cada cruce
Puede que en algunas ocasiones la fatiga no nos permita amar
Pero también es posible que el paisaje sea bonito a todas luces.
Al lado de la fuente dejamos la mochila, de ilusión bien cargada
Al otro lado la gayata, cuyo uso parecía destinado a los mayores
Pero que se convierte en nuestro apoyo en momentos de duda
Y sobre todo nos permite descansar después de tantos sinsabores.
Bebemos con fruición del agua fría que surge del solitario caño
Filtrada por la tierra virgen de una forma perenne, permanente
Llevando sobre si la carga de aplacar toda la sed del caminante
Cuidando de que el exceso de bebida no vaya a hacerle daño.
Me gustaría acompañarte en ese viaje, ser tu guía y tu compi
Llevar una parte de la carga para que no te canses en exceso
Formar parte de tu vida, del fulgor de tus ojos seguir preso
Y trotar por entre los árboles del bosque, como si fuese Bambi.
Pero no será en Julio, cuando las alegrías del reencuentro feliz
Se unan con las desdichas de saber que tienes que marcharte
Hoy, por ayer, estuve muy cerquita de cometer un buen desliz
Diciendo, para mí, que porqué esta vez no puedo acompañarte.
Hay razones para irse, pero las mismas pueden servir para quedarse
Los miedos nos impiden a veces obtener el billete hacia la gloria
Hay un cúmulo de datos que me vienen ahora mismo a la memoria
Cientos de soledades a las que no queda más remedio que enfrentarse.
Yo sé que volverás hacia mitad de Agosto o quizás en Septiembre
Cuando la mies en flor exhale su perfume de esperanza y olvido
Tantas tardes al sol ya le habrán dado a tu piel el tono requerido
Y yo estaré blanco, por no haber salido de casa, como siempre.
SIGUE............
.....CONTINÚA.
Y volveremos a unir los corazones enfrente de una taza de café
Y luego jugaremos a amarnos, si el paso del tiempo lo permite
Sin perder mucho tiempo en obviedades, comenzará el envite
Y la pasión retornará a su punto de partida, si actuamos con fe.
Y así será la vida, si es así como ambos queremos que lo sea
Las tardes grises de mitad de Noviembre se llenarán de luz
Habrá momentos de esos en los que las fuerzas ya flaquean,
Y podremos ver al corazón bombeando la sangre a contraluz.
Pero no nos adelantemos al destino, porque aún no ha llegado
El momento de añorarte, sé que aún es un poco pronto para eso
Para echar de menos tú presencia, anhelar las caricias y los besos
Pues eso es lo que ocurre cuando alguien se marcha de tu lado
Y si piensas que la poesía es sólo una vía de escape hacia la nada
Yo te diré que un poema es la perfecta unión de dos vectores
Uno es la tierra infinita que nos acoge desde el momento de nacer
Y el otro es viento, que puntualmente sopla desde el amanecer
A veces somos tierra, sólidos como rocas, seguros de existir
Y en otras ocasiones somos viento, seres ligeros y alocados
De esos que pasan sin dejarte ni una sola huella, por tu lado
Y a los que nunca dejarás que formen parte de tu porvenir.
Porque el futuro de las personas que aman está por definir
Mientras el presente de los que no lo hacen ya esta decidido
Asumida la nostalgia, tal vez no haya que darse por vencido
Y cuando ella se marche aún nos quedarán las ganas de vivir.
Y un montón de juegos nuevos para pasar el rato sin que pese
La cálida losa del sol de mediodía, ni tampoco la ira de la tarde
Ni siquiera el rugido del viento, que suele soplar haciendo eses
Derribando barreras de una forma artera, incluso ruin y cobarde.
No nos cambiará el viento, ni tampoco mudaremos de opinión
Aunque las circunstancias de la vida en común nos lo exigiera
Eso sí, procurando nadar, sin llegar a salir jamás de la pecera
En la que semejamos peces devorando su comida con fruición.
Ahora que te has ido, me quedaré nadando entre dos aguas
Tratando de flotar, de no hundirme, de ser fuerte y pensar
Que las horas se marchan, aunque a veces no las vemos pasar
Y que el caudal de la soledad sin pena ni gloria va y desagua
Mojando la inquietud que me supone estar lejos de ti, ahora
Que habíamos llegado a un punto de encuentro en la distancia
Después de haber vivido y compartido una y mil circunstancias
Y sobre todo ahora que nuestro amor aún tenía margen de mejora.
