Vuela la cometa, sobre un fondo azul oscuro
la vieja bruja en su cueva, realiza mil conjuros
hay un sonido lejano, como a trompeta afinada
pasan los años también y luego no queda nada.
En el mundo la codicia nos condiciona la vida
abarcamos, sin esfuerzo, toneladas de deseos
hay un trajín en la calle de carretas distinguidas
persigue por las esquinas a su medusa, Perseo
y en cada rincón degustas los dulces de la ilusión
relamiéndote y gritando de placer cuando masticas
quieres ser un caballero de adarga en ristre y jubón
de tu humilde procedencia das noticia si platicas
y en el mundo, en conclusión, todos parecen reír
aunque no siempre consiguen una mueca divertida
si ya es hora de marchar, preparemos la partida
y no miremos atrás, pues la nostalgia es morir.
Cada minuto que pasas en brazos de la tristeza
es una bala perdida de la pistola del miedo
tendemos a sujetar el gatillo con el dedo
apretarlo muchas veces, es un signo de destreza.
Resolvamos los conflictos por la vía del perdón
esa palabra en desuso, cuyo valor se perdió
una noche de domingo, cuando la luna salió
toda sucia y desgreñada, sólo con el camisón
y se dirigió a su sitio, junto a otras, en el cielo,
estrellas del firmamento que a veces acompañan
los sueños de tanta gente que ya su vista se empaña
y tienen que contentarse con imitar los modelos
de conducta y prevenir que ,en tiempos de convergencia
no basta con ser muy sabio, ni de doctorarse en ciencias;
es preciso rebatir las ideas con los hechos,
y cortar en el jardín las malas hierbas, helechos
cuya raíz tan efímera, a la primera abandona
y sale con un tirón sin emplear mucha fuerza;
hay un pico en un rincón cuyo filo no perdona
y un águila vigilando para que nada se tuerza
Las cartas de navegar te llevarán a destino
casi sin tener que hablar con el segundo de a bordo
hoy me quedo junto a tí, ése parece mi sino
mañana, ya en la estación, me tocará hacer trasbordo.
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