miércoles, 31 de enero de 2018
EL MAR ES EL DESTINO
Tú eras la esperanza de una nueva vida
la flor hermosa de aquel remoto jardín;
la consecuencia de un amor ya en caída
cuyo cadáver es para los cuervos un festín.
Yo sólo era el malo del cuento, el dragón
que asusta a la princesa; y que muere
parte por la pena de que nadie le quiere
y también porque a la menor ocasión
todas las tintas se cargan con el que piensa
distinto, sea hombre, mujer o un animal
es dura la competencia, a veces viene mal
sobresalir por encima de la mayoría inmensa
que hace de este mundo un sinfín de problemas
algunos de difícil solución, como lo era el nuestro
abocados a dar palos de ciego a diestro y a siniestro
soliloquio insincero que acaba por carecer de un tema
en el cual converger, es como una caricia sin sustento
un amor en un árbol, una farola pintada por entero
un puerto sin pantalán, donde un capitán contento
amarrará su yate, haciendo ostentación de su dinero.
Tú eras todo lo que no pude ser, la voz callada
que en las obras de teatro, le susurra el libreto
al actor principal, de un modo bien discreto,
oculta, tras el telón de fondo de todas las miradas
y los campos florecían a tu paso, las estrellas
ponían sus mejores galas al servicio del viento
y brillaban los lagos, con luces como centellas
y los peces, al fondo y siempre en movimiento
componían desfiles, a tu paso, tratando
de llamar tu atención, tan cara y singular
como salada es por cierto, ése agua de mar
en la que cada verano me acabaré bañando.
El mar es el destino, el amor es un sueño
las mareas no tienen, que se sepa, un dueño
y en cada barco que surca los océanos
hay personas a bordo mojadas hasta el tuétano.
Por si no lo sabías, te quise de verdad
y aunque no te lo dije, lo debiste intuir
culpa mía si entonces te tocaba sufrir
ahora que lo pienso, fue una necedad.
...///...
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