lunes, 30 de octubre de 2017

Y ALLI ESTABA EL BAR






Cuando seamos mayores, casi viejos, y los años
mueran dando vueltas en la trituradora del olvido
guardaré nuestros recuerdos, igual que oro en paño
para poder disfrutar, a ratos, lo que hemos vivido.

Quizá recuerde aquellas tardes junto al mar, oliendo
a sal y viendo a los marinos afanarse en recoger velamen
es bonita la playa al menos mientras la miras paseando
esperando, pura y simplemente, que las olas te amen.

No olvidaré tampoco aquellas tardes junto a la gramola
escuchando alguna canción de moda, que no recuerdo;
quizá nunca en la música a oír nos pusimos de acuerdo
tal vez nuestra razón de ser fuese el decirnos ¡hola!

entre arrumacos, besos, abrazos y caricias sin cuento
sin importar que alrededor nuestro sólo hubiera cemento
bloques de pisos bastante feos, construidos por gente
para la cual la belleza en la calle no debe estar presente

y allí estaba el bar, haciendo guardia en la garita de la esquina
simplemente amarrado a dos calles, cuyo destino nadie conocía
era uno de esos bares donde suelen echar la partida a mediodía
ahora mismo ignoro si sigue abierto, y aunque daba mala espina

en ningún otro sitio hemos sido así de felices
bueno, sí, en algún otro lugar, que no nombro
pero al menos, aún sin llegar a comer perdices,
siempre nos fuimos de allí agarrados del hombro

de la tarde preñada de ilusiones de planes futuros
que en realidad no iban a cumplirse, pues eran eso,
una retahíla de proyectos en común aún inmaduros
a los cuales algunas veces me así, como un poseso,

sin tener en cuenta que la vida no da oportunidades
a quien pierde, a la primera, la única que tiene;
qué bonito es amar cuando el verso sostiene
con su graciosa rima, algunas necedades.

Nos quedará la dicha, de lo buenos que fuimos,
de no haber discutido nunca por ninguna razón
también era imposible que sufriese el corazón
pues, antes de iniciarse la pelea, ambos huimos

Dejando en el aire las palabras que podrían herir
para luego recogerlas en forma de tierna despedida
no sé si en algún momento llegaste a sentirte querida
pero quiero decirte que tu sola presencia me hacía vivir.


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