viernes, 23 de enero de 2015

NO HAY RAZONES PARA IRSE




Una vez te hayas ido, no quedará gran cosa
Un pijama raído, quizá unas bragas rosas
El inodoro rastro de un perfume olvidado
Y desde la cocina, cierto olor a quemado.

Ni siquiera una foto sobre el piano
En parte porque jamás hemos tenido
Y sobre todo por habértelas llevado
A cualquiera que sea ahora tu destino.

El rin-ring del teléfono nunca más oiré
Y ya no cruzarás las piernas para hablar
Si el motivo de irte me puedes explicar
Y yo soy el culpable, la culpa asumiré.

Quizá pasado un tiempo, te podría olvidar
Si el psiquiatra diese con la tecla adecuada
Me pregunto, perplejo, cuánto te pude amar
Y hallo la respuesta en que fue una tontada

Pues el amor se muere en un día cualquiera
Sin que nada lo mate, fallece porque así
Nadie llora por ello, o de otra manera
Podría sucederles lo que me pasa a mí

Que no puedo evitar el luto que ha traído
Una gran inquietud a mi pobre alma, herida
Y quizá exasperada por tu extraña partida
No acaba de comprender que te hayas ido.

Las luces de neón con su arco iris loco
A cada instante cambiando de color
Atraen mi atención, y provocan dolor
Deberé de asumir, siquiera poco a poco

Que lo nuestro no habría sido para siempre
Y si la pena llega, y el llanto al fin me ahoga
Sujetando mi alma como atada a una soga
Eso será sin duda para el mes de Septiembre

Cuando los cumpleaños se celebran sinceros
Pasado ya el verano, con su caliente viento
Con las esquivas sombras devorando senderos
Y el flujo del dolor, de nuevo en movimiento.

Una vez que te has ido, no me queda gran cosa
Si acaso algunos versos en un cuaderno roto
Por si no vuelves más, espero seas dichosa,
Aunque sobre lo nuestro, me vendiste la moto.



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