A una bella durmiente, soñando entre tanta gente
Le escribiré unas coplillas sin alzarme de la silla
Y plasmaré mis ideas sin irme por la tangente
Tratando de no sacar a nadie de sus casillas
Y pensaré en ti más tarde, quizá para cuando el sol
En pijama, porque es tarde, deje su sitio a la Luna
Se acostará como un niño, de nubes, en una cuna
Dejando sus pertenencias sobre un bonito crisol
Y a la mañana siguiente justo en el primer bostezo
Se reirá de repente, como hacías tú a menudo
Cuando al despertar querías que te diese un solo beso
Y luego ya te ponías, como un guerrero, el escudo
Que blinda los corazones de las damas en apuros
Coraza hecha de un metal imposible de horadar
Empalizada cruel donde se encuentran seguros
Todos aquellos benditos, a los que les gusta amar.
Si pudiese retener un solo sueño, sería verte llegar
De un viaje largo y duro, de esos que no se olvidan
Prepararte una bebida, mientras te da por charlar
De lo poco y de lo mal que en el avión te cuidan
Y pasaría mi mano suavemente por tu espalda
Notando en plena presión un corazón asustado
Un gato perseguiría a su gata por los tejados
Mientras alisas con mimo cada pliegue de tu falda
Y cuando el renacimiento del día en su resplandor
Nos hiciese abrir los ojos, somnolientos y pegados
Puede ser que apeteciese hablar un rato de amor
O puede ser que ante ti, como si estuviese helado
Fuese incapaz de decir, ni tan siquiera te quiero
Debiendo de ir al baño antes de vestirnos juntos;
Sólo si se echa de menos el amor es verdadero
Pero cuando debes irte, mi cuerpo se pone a punto
Y se sienta en una silla, justo para comenzar
A escribir otro poema, para cuando tú regreses
No pararé de rezar para que nada te pase,
Tal vez lo haga aún antes de que te vea marchar
Y en la lista de proyectos, a tu vuelta, no faltará
La idea de seguir juntos de por vida y más allá
No voy a dudar de ti, sé que siempre me amarás
El sol me lo está gritando mientras la luna se calla
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