lunes, 30 de abril de 2012

ENTRE SUEÑOS EN DESUSO (2)





…CONTINUA…..


Sin horizontes grises que disfrutar unidos
Sin desdichas impresas en viejos corazones
Cuyo funcionamiento a veces causa ruido
Cuya ausencia infinita nos carga de razones

Para salir corriendo en pos de un vendaval
Que surge temeroso de provocar destrozos
Reprimiendo su fuerza, trata de ser cabal
Y de toda su pujanza solo muestra un esbozo.

Si es cierto que hay un Dios en lo alto del cielo,
Representado siempre con una barba blanca
No puede ser mentira que nuestro único desvelo
Haya sido encontrar de una vez por todas, la palanca

Con la que mover el mundo que nos ha sido asignado
Sobre cuya existencia a veces, tuvimos ciertas dudas
Se podría alcanzar, al menos por un día, un exilio dorado
Al que tal vez se pudiese describir, con la verdad desnuda

Con la miel en los labios, con flores en el pelo y ambrosía
Un poquito afrutada, y puede que con un cierto aroma a desafío.
Vivamos pues la vida, orientando el lento devenir de este navío
Hacia aguas profundas, de donde emergen sin cesar las alegrías.

Mientras tanto las penas se quedan en el fondo marino
Rumiando su maldad en las enormes fosas abisales
No se puede luchar eternamente en contra del destino
Pero puedes plantearte alguna vez si te quedas, o sales

De parranda, mientras los bucles del olvido retoman su lugar
Dejando a los ancianos solitarios que sigan con su lento caminar
Abriendo las heridas que el tiempo se había encargado de cerrar
Y sobre todo intentando que los enamorados, nunca dejen de amar.

Es Cupido el guardián de la palanca que mueve el universo entero
Y también del botón que, al apretarse, al amor marca el paso
Habrá algunos amantes despechados, cuyo intento postrero
Por encontrar el camino correcto los conduzca al fracaso

Pero habrá otros que, sin entrar en largas discusiones
Solucionen sus cuitas tal y como se hacía antiguamente
Atiborrando de flores, de la persona amada, los jarrones
Y depositando un casto beso de amor, en mitad de su frente.

Para cerrar el ciclo de la vida que comienza al nacer
Recorriendo la senda de la infancia, hasta la senectud
Se orienta hacia sueños oníricos buscando libertad
Evitando todas aquellas trampas que le impiden querer.