martes, 6 de julio de 2010
EN UN ISLOTE DE AMOR
Somos la bendita unión de dos almas que se quieren
En un islote de amor perdido en el mar profundo
Somos la felicidad que se va mostrando al mundo
Enseñándole, orgullosos, esos dardos que nos hieren
Pero que no rechazamos, o al menos no en demasía
Aunque llevan un veneno para el que no existe cura
Nuestras heridas de amor mostramos con alegría
Después de habernos criado en la soledad más dura.
Joven fui en otro tiempo, y ahora en edad madura
Acontece que el amor anda rondando mi puerta
Haré todo lo posible para que esta siga abierta
Y cuando entre le daré grandes dosis de ternura
Un poquito de cariño y una carreta de abrazos
Un pasaporte a la Luna, y una especie de visado
En el que, con buena letra y escrita a grandes trazos
Estará impresa la historia de un hombre enamorado.
Que cambió monotonía por amor y por placer
Que sacrificó caricias en aras de la pasión
Que buscó la vitamina que le permitió crecer
Y que allá por donde pasa va dejando el corazón.
Si la fortuna acompaña y la suerte no abandona
Al la hora de amanecer no habrá despedida alguna
Eso será cuando apenas comience la hora nona
Y el primer niño despierte y se levante en su cuna.
Son esos niños de ayer los que hoy nos acompañan
En nuestro deambular por esta vida soñada
Lo fueron todo algún día y ya no les queda nada
Y sus apagados llantos hoy todavía nos dañan.-
Hoy he venido a rezar a esta iglesia apartada
En busca de ese milagro que me permita tenerte
Admirar tu caminar y esa expresión recatada
Ahora que estás aquí, yo no querría perderte.
Como no existe el desdén o al menos tú no lo enseñas
Y por mi parte tampoco hay mucho que despreciar
Ando buscando una meta, un motivo para amar
Y aquel que anda buscando, muy de vez en cuando, sueña.
Sólo para darse cuenta muy poco tiempo después
Que aquello que se creía era un gran impedimento
Era solo la nostalgia de ver llegado el momento
De ganarle la carrera al intrépido ciempiés
Que utiliza sus recursos para huir de la verdad
Como huye la paloma del halcón que la vigila
Intrépida en su hermosura, frágil en su levedad
Mientras en sus tristes ojos una lágrima titila.-
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