martes, 1 de diciembre de 2009

CUANDO NADA TENIA


Mientras la tierra gira en torno a un sol inigualable
En tanto que las mentes de los amantes divagan
Acerca de lo divino y de lo humano y de lo agradable
Que es sentir la brisa del mar mientras navegas

Hay una sola cosa que ronda sin cesar por mi cabeza
Que se cuela igual que un obús en mi memoria
Un pedacito de cielo, ahora transmutado en historia
Que torna mis recuerdos de alegría, en tristeza.

Será porque el vino que bebimos era tinto
O por no haber hecho del todo los deberes
O tal vez porque nuestro cariño era distinto
Pero yo siempre te he amado tal y como eres.

Un persona amable en cuyo rostro la expresión nunca varía
Y muestra la perenne actitud del alma en estado de gracia
La tierna comprensión hacia el que como yo nada tenía
La caricia fugaz, bajo la sombra imponente de la acacia.-

No existe ningún licor como el que emana de mis ojos
Cuando triste y sin ti me asomo a la ventana, sin saber
Que es posible que la sal de las lágrimas no me deje ver
Como es el fruto que del árbol de tu amor recojo.

Un fruto hecho de besos y caricias, listo para comer
Como está lista la luz cuando toca amanecer
Tal y como estás dispuesta tú, tal vez en demasía
Para ver como por ti mis labios suspiran cada día.

Sin que puedas, si debas, darme explicaciones
Sin que a nadie le importen los motivos
Baste solo con saber que estamos vivos
Y que para amar no son necesarias las razones.

O acaso el sol necesita una razón
Para iluminar la tierra con sus rayos
Asomarse al horizonte cada día
Y tras de perturbar un poco la visión

Desaparecer en lontananza cuando llega la tarde
Y el horizonte se pone tan rojo que parece que arde
Y el último de los pájaros se encamina volando
Hacia el acogedor nido donde le están esperando

Sus crías sonrientes, que aguardan la comida
Que les dará placer y que hará que su vida
Sea más agradable, tal como lo será la mía
Cuando, juntos los dos, podamos vivirla cada día.

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