viernes, 6 de marzo de 2015
DE LO QUE FUE UN GRAN AMOR
Como verás, sigo aquí, tras de un tiempo sin vernos
Disfrutando del verano, y añorando los inviernos
Que pasamos bajo el manto protector del frío cielo
Que convierte el agua azul en un pedazo de hielo.
Ya no me quedan palabras, las gasté sin ton ni son
Llamándote, pese a ser algo inútil, como un rayo
De esperanza en el medio de la nada, un diapasón
Que no afina nunca el piano, y así fracasa el ensayo
Una corriente de río que muere en el mar lejano
Una colección de cuentos tan vieja como arrugada
Una postal de Paris, un cajón donde no hay nada
Y una despedida gris, en un cartón hecho a mano.
El pasado siempre vuelve, salvo aquel que se marchó
Envuelto en lágrimas, ése no quiere volver, ni a tiros,
Y mientras alguien, perdido, en una estación quedó
Se fue, como ya te he dicho sin exhalar ni un suspiro.
Por mi parte sólo queda la expresión de alguna duda
Acerca del sitio exacto donde enterramos la dicha
Unos metros más allá, quizá, en ésa tierra desnuda,
Esperando que algún día el crupier mueva una ficha
Y la ruleta infinita de nuestra vida ordenada
Girará por un instante, puestos en ella los ojos
De todos los apostantes, rezando por su jugada
Puede que alguno de ellos se conforme con despojos
De lo que fue un gran amor, antes de entrar al casino
Donde pierdes, aunque ganes, y te vas como frustrado
En busca de aquel momento que da a los enamorados
Una cierta comprensión de lo que fue un desatino.
Hay muros altos y casas en las que no hay moradores
Existen, o eso me han dicho, dos clases de amaneceres
Para mi, el nuevo día siempre supuso el momento
De tomar junto a mi amada esa porción de alimento
Que nutre el alma, a la par que desarrolla el sentido
De posesión, pues amando, se tiende a ser egoísta
Nunca pude retener todo aquello que he perdido
Y de tu actual paradero nadie me dio ni una pista
Es por eso que los jueves, me acerco si no es festivo,
A la estación, por si vuelves, tan cargada de equipaje
Que necesites un mozo, al que le sobre el coraje
Para dar vueltas y vueltas en tu extraño tiovivo.
He sido un poco tirano, lo confieso, pero al menos
Reconozco que el amor, el cual tengo gran respeto
Me ha tratado muy mal mientras estaba al sereno
Mientras que dentro de casa tu me amabas en secreto.
Si solo me hubieras dicho que por mi culpa sufrías
Que el aire era irrespirable, que las paredes lloraban
Nunca te hubiese intentado retener con esa triste porfía
Con la cual hasta hice versos, tan sólo porque te amaba.-
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