No es cierto que no puedas acercarte a mi vida Ni es verdad que de mis caricias te has cansado
Ni nadie creerá que vayas a irte de mi lado
Porque de nuestra relación estés arrepentida.
Dí mejor que lo que de verdad ya no te gusta,
En vez de hacer correr la voz de que yo ya no te quiero
Son esas veces en las que no te fui sincero
Pues es una verdad irrefutable, que la mentira disgusta.
Pero si te vas, recuerda que el tren del desatino
Siempre se detiene en la estación del desengaño
Y muchos de los pasajeros que buscan su destino
Suelen parar en esa estación, aunque haga daño.
Nunca intentes volver, aunque el hado intermitente
De una cierta paz que anida siempre en la posada
De las almas desnudas en busca del amor permanente
Te indique el camino hacia lo que fue tu morada.-
Yo ya no estaré allí, pues me habré ido al amanecer
De un día cualquiera de uno de estos otoños
En los que los árboles dan vida a sus retoños
Y si la casa esta vacía, es que he decidido no volver
Aunque lleve en mi alma impresa tu presencia
Aunque el amor que nos tuvimos me acompañe
Como un alma en pena incapaz de frenar su decadencia
Aunque tu recuerdo me envuelva, me atosigue y me dañe.
De donde el viento hiriente de la voz apagada
Lanza su eco intrépido y por lo común sereno;
De donde el corazón de amor se encuentra lleno
De allí es de donde procede la gente enamorada.
No es tu caso. Lo sé. Y es por ello que pienso
Que todas tus palabras - en algunos momentos -
No eran fruto del amor, ni de los sentimientos
Aunque me subyugaban como suave incienso
Sino que eran el fruto prohibido del árbol del deseo
La única salida hacia una vida un poco más humana
La voz del día a día y la noticia de toda la semana
Y ese recuerdo es todo cuanto ahora mismo poseo.-
Vete pues y mejor si no vas sola, y a ver si allá donde te quedes
Ese punto final de un viaje interminable
Ese destino que a ti te parece tan fiable
Un último pensamiento a mi humilde persona dedicarle puedes;
Pues aunque muchas veces he sido merecedor de tus reproches
Con seguridad te he querido tiernamente
Y puedo recordar cada minuto de cada una de nuestras noches
Y decir sin acritud y sabiamente…
Que las penas son parte de la alegría de la vida
Que el dolor que nos parte el corazón y lo divide
Es sólo una circunstancia tal vez sobrevenida
Y por ello a la larga, perfectamente asumida
Del objetivo común que un día nos habíamos marcado
De una vida conjunta en la que ambos soñamos
De aquel periodo de tiempo en el que nos amamos
Y que ahora, para mi dolor, se me antoja acabado.-
Te digo adiós con la tristeza iluminada del osado
Dolor que me sacude y que ni siquiera me deja
Asumir que este affaire nuestro ha terminado
Pero si es verdad que deseas alejarte de mi lado
Hasta que estés bien lejos
Hasta que pase un tiempo
Nunca nadie me oirá nunca exhalar una queja.-