jueves, 24 de mayo de 2012

CON MEMBRETE HACIA EL OLVIDO (1)





Dicen de los que te quieren, que un día te harán llorar
Y que un rato sin amar, no hay corazón que lo aguante
Que estar vivo significa mirar siempre hacia delante
Y que el amor permanece, si no le dejas marchar.

La existencia de los amantes se nutre de fantasías
De viajes que nunca se hacen, de proyectos sin final
Y aunque antes del Edén, el puro amor ya existía
A veces, por nuestra culpa entra en fase terminal

Y se remite una carta, que es como una despedida
Con membrete hacia el olvido, y casi sin dirección
Los recuerdos quedan todos en el fondo de un cajón
Y los besos, muy gastados, en la maleta perdida

Que se deja en la consigna de una u otra estación
Sin pagar ficha, pues nunca se podrán recuperar
Los momentos alumbrados por la triste sensación
De estar vacío por dentro, de haber dejado de amar

Cuando el cuerpo, lo que pide, es darle continuidad
A toda aquella ilusión que compartimos un día
Por la dulce carretera que conduce a la ciudad
Donde los perros pasean sin ninguna compañía

Y las tiendas nunca cierran sus puertas a mediodía
Para que la gente compre sin medida y sin parar
Así pasamos la vida, adquiriendo cada día
Todos aquellos objetos que nos impidan pensar

Que más allá de lo humano se halla lo transcendente
Al salir de la estación, se ubican las vías muertas
Y un poco más adelante, se van abriendo las puertas
Que nos llevarán derechos hacia algún lugar decente

.....CONTINÚA .................

CON MEMBRETE HACIA EL OLVIDO (2)




......SIGUE ................


Donde a la melancolía nunca le dé por sentarse
Mientras que la juventud sea tan solo una excusa
Para cubrirse de besos y también para abrazarse
Sin saberse señalado por esos dedos que acusan

Porque son punta de lanza de unos hombres que padecen
Los miedos del ignorante que no sabe bien qué hacer
Cuando se acerca el momento de comenzar a querer
Sin circunstancias ajenas que te empujen y te fuercen

A desatar las amarras que te impiden salir del puerto
Donde los barcos atracan desde tiempos inmemoriales
Unos entran, y los más, con la luz del alba salen
En pos de una leve estela, allende mares abiertos

Tú puedes ser la quimera tras la que suelo salir
El sueño eterno del hombre que vendió cara su alma
Tal vez porque la esperanza es prima del porvenir
O quizá porque el amor, a los guerreros desarma

Para dejarlos inermes, sintiendo sólo el desdén
Que produce entre la gente aquel que está enamorado
Siempre tienen que decirte lo que parece estar bien
Y si no lo realizas tratan de echarte hacia un lado.-

Aunque también puedes ser siempre que te lo propongas
La víctima inadecuada de una situación extraña
Todo lo relacionado con el cariño, te daña
Y aquello que no desees, puede que un día lo tengas

Recemos por el olvido, poniéndonos de rodillas
Oremos por el amor, que se murió en nuestros brazos
Si vuelve a reinar la calma y nos damos un abrazo
En ese instante el cariño atracará en nuestra orilla.

lunes, 21 de mayo de 2012

PARA QUE PUEDAS IRTE (1)




« La poésie doit sentir la poudre à canon, l’égout ainsi que tout ce qui dérange… La poésie se proclame libertaire. Elle se veut d’abord cri de guerre. La poésie est paléolithique ; c’est un réflexe et une possibilité de conscience, avant d’être une transcendance ».





Aunque no me quisieras, yo seguiría adelante con mis sueños
Escribiría cartas, tal vez para no leerlas, o para ser olvidadas
En el cajón en el que uno mete, casi siempre muy bien apiladas
Esas cositas que, habiendo sido de todos, hoy carecen de dueño.

Pondría por delante de mis ilusiones algún que otro anhelo
Y tendería puentes que nos llevasen de una a otra parte
Donde el cariño creciese en todo, o en parte de ese suelo
Al que debo de sujetarme fuertemente, para intentar amarte.

No sé que estarás haciendo en este instante, ignoro
Si como antaño sigues pensando en mí a todas horas
Asumo que quizás no me tengas en tu mente ahora
Y es por eso que, tratando de sonreír, a veces lloro

Unas lágrimas dulces porque la sal se vuelve sosa
A fuerza de llorar, a base de resbalar por la mejilla
Dejando una estela de humedad, sobre la carne rosa
Que atacada por la luz del sol, tal parece que brilla.

Yo no quiero estar triste, pero como en los cuentos
Siempre hay un hada buena, y una madrastra mala
Y como la lluvia del desánimo es la que más te cala
A veces me ha dado la impresión de ser la cenicienta

De una estúpida historia en la que nadie está a la altura
exigida; sin poner de su parte le necesario para salir
de esta situación; sin poder hallar en principio la cura
necesaria, que pudiera permitirnos, al menos, sonreír.

Si ves que lloro y te pones a buscar algún pañuelo
Para enjugar ésas lágrimas que entristecen mi vida
Y que tan sólo son, en si mismas, sinónimo de duelo
Solamente te ruego que emplees la diligencia debida

O en otro caso el sol secará mi rostro con sus rayos
Impedirá que el agua llegue al suelo y riegue sin parar
Aquellas tristes flores de aquel no menos decaído mayo
Durante el cual ambos perdimos las opciones de amar

Y tomamos caminos diferentes, emprendiendo aquel viaje
Que tantas otras veces pospusimos, muy a pesar de todos
Por una razón u otra, aunque ya teníamos listo el equipaje
Pudiéndonos ir en coche, a pie, o de cualquier otro modo


...SIGUE

PARA QUE PUEDAS IRTE (2)



CONTINÚA....

El sendero de la vida lo recorrí en diez segundos
Y el reloj de la existencia tan sólo marcó dos horas
Es cierto que yo te amé y es también verdad que ahora
Me ha dado por dejar a un lado aquel amor profundo

Para que puedas irte, libre al fin de ataduras
Y no regresar jamás a la que fue tu casa
Y si algún día, por error, por allí pasas
Y has recuperado un poco la cordura

No dejes de llamar al timbre como hacías antaño
Un toque suave, uno largo y un tercero si acaso
Morfeo me había enviado al país de los sueños
Pero lo cierto es que a veces fingí no hacerte caso

Y créeme que me arrepiento ahora de no abrirte
Trato de imaginarte en brazos sin duda diferentes
Quizá no tan humanos, tal vez no tan ardientes
Si bien en cualquier caso, nunca pensé en herirte.

Y si hubiese sabido que las prístinas olas que adormecen el mar
Llevando sobre si el navío que se pierde en lontananza
No iban a ser el efímero presagio de vientos de bonanza
Sino céfiros locos, huracanes hediondos que vienen de ultramar

Nunca hubiese cogido el tren que nos separó tan de repente
Que ni tiempo me dio de despedirme de mis seres queridos
Mi loro y mi chihuahua, mi vecina de al lado, y otra gente
A la que en tantas ocasiones, y sin querer, habré herido.

Pero si te preguntas porqué te cuento esto y asistes perplejo
A esta retahíla de monsergas, a este pandemónium de tristeza
Y en el fondo piensas que tal vez tenga más cuento que Calleja
Sólo te pediría que, al menos por una vez, pienses con la cabeza

Y que no rehúyas la reflexión, como hiciste aquel día
En el que yo llegaba cansada, casi hasta la extenuación
Y tú parecías bailar con otra la que fue nuestra canción
Mientras yo a tu lado, llorando, de celos me moría.-

Y al preguntarte en voz baja “¿Me quieres?” un silencio infinito
Dio cumplida respuesta a mi pregunta y entonces entendí
Mientras que, sin querer, de mis ojos caía alguna lagrimita
Que si en el amor hay algo que es eterno, nunca lo es para mí.