viernes, 6 de agosto de 2010

AMORES DEL MAS ALLÁ.-


Si todo se circunscribiese a un único encuentro
Nada sería, amor, tal como se dice en los escritos
Esos que salen afuera, aún naciendo muy adentro
Y que arrastran del cariño los desechos y detritos.

Afortunadamente podemos vernos a menudo
Y aunque el lado oscuro del amor está presente
Podemos sortearlo si lo intentamos realmente
Si huimos de su abrazo deshaciendo su nudo.

Yo no había pensado al conocerte que el amor es así,
Tenía una idea un poco naif sobre los sentimientos
Sí sabía que no puedes luchar contra los elementos
Ni tampoco expresar tus ideas en correcto farsi

Que es un dialecto, en la India misteriosa y alejada
Más propio de las gargantas acostumbradas al canto
Cuyo ritmo cadencioso no se detiene ante nada
Y sobre el cual, la ignorancia, te produce desencanto.

Nunca he sido un hacha en los idiomas, es verdad
Pero puedo decir en tantas lenguas que te quiero
Que incluso aunque lo nuestro no fuese duradero
No debería dejar de gustarme tener esa facultad.-

Cuando nacemos Dios nos llama primero a su presencia
Y nos otorga dones, no en mi caso, tales como la belleza
Y tras de regalar nuestros oídos con una bonita conferencia
Nos hace nacer, sin más, para integrarnos en la naturaleza

Del hombre que sólo ama cuando para ello es requerido
Del joven que aún tiembla cada vez que debe declararse
De la núbil doncella a la que únicamente puede amarse
Cuando ella misma haya dado su primer amor como perdido.

Y transcurren los años y cuando la vida se dirige hacia su ocaso
Nadie se acuerda ya de aquellos amores olvidados y tiernos
Ni de aquellas poesías torpemente garrapateadas en cuadernos
Ni tampoco de aquellas bonitas mozas que no nos hacían caso

Y nos llega la muerte, que no es sino el paso hacia otra vida
En la que de nuevo debemos de aprender como se ama
Aguantar de los celos, si los hay, alguna acometida
Y soplar hasta apagarla, de la ira, la llama

Para volver a ver a Dios y cuando nos pregunte
Acerca de los amores padecidos y sobre la inquietud
Que nos dejó el pasar desde la vida adulta, hasta la senectud
Contestar brevemente y no esperar hablando a que el alba despunte,

So pena que el Altísimo recorte nuestro credo
Con un gesto divino
A mitad de camino
Entre “a mi qué” o “ no me importa un bledo”.

En moraleja debería terminar esta bonita historia
Pero es que ahora no me viene a la memoria
Ningún proverbio hindú, y que escrito en farsi
Bien pudiese servirnos de epitafio… o casi.-

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